Hace tan solo unos días, estaba en cama, con gripe y con unas ganas insaciables de entretenerme y no volverme loca de aburrimiento. Me encontraba tan mal que estudiar no entraba entre mis planes, así que decidí leer algo. Encontré por casualidad un libro que tenía en pendientes desde hace mucho tiempo y ya que me encantaba la sinopsis, decidí empezarlo. Ese libro era La librería de las nuevas oportunidades de Anjali Banerjee, una escritora de origen indio que por lo visto es conocida y tiene ya varios libros publicados. Estaba entusiasmada por comenzar una obra que trataba sobre libros y que, supuestamente, era una oda a los libreros y a aquellas librerías con encanto, en las cuales aún se puede apreciar la magia de los grandes libros, de los grandes autores y autoras de nuestra literatura. Cual fue mi sorpresa al darme cuenta que el libro distaba mucho de ser una maravilla, a pesar de que tiene tan buenas críticas. Mi orgullo me impedía dejar el libro a medias, y además tenía ganas de saber si iba a mejorar y al final acabaría sorprendiéndome. Y tengo que decir, que no fue así. Al final me sentí incluso ofendida de haber perdido tiempo en él, tal era mi frustración con esa lectura. Pero veamos el porqué.

La librería de las nuevas oportunidades trata de una mujer bengalí, divorciada, que vive y trabaja en Los Ángeles y que se dedica a las inversiones.  Una mujer de éxito que de repente se ve sin marido, sin casa y con deudas; y cuya separación la ha dejado hundida, sin autoestima, básicamente por los suelos y con un resquemor hacia las cosas buenas, hacia el amor; en definitiva: una solterona amargada. Su tía le dice que venga a casa, a la isla de Shelter Island, que está a las afueras de Seattle, a cuidar su librería durante un mes, ya que se tiene que ir a la India a curar su corazón y Jasmine es la única que puede desempeñar esta función. Ella va, pero las cosas allí no son lo que parece y tampoco lo que ella se esperaba. La librería tiene cierto encanto, tiene magia. De repente, la protagonista, se encuentra rodeada de polvo, de libros antiguos y de autores que le hablan y le susurran al oído; se encuentra viviendo en una librería que tiene vida propia. Conoce a un enigmático hombre, del cual se enamora, y con el cual tiene una extraña y curiosa historia de amor. Y ella, por arte de magia -y nunca mejor dicho- deja de ser una mujer amargada pendiente las 24h de tener cobertura en el móvil y acceso a Internet. Se vuelve simpática, agradable, cariñosa y una persona con instintos maternos, cuando antes aborrecía a los niños.

Dicho así, parece un libro como poco, entretenido. Y lo es. Es de fácil lectura, tiene algunos fragmentos entrañables, y quieras o no, lo acabas leyendo porque es un libro del montón que aunque no te aporte gran cosa, te entretiene y es mejor que no hacer nada. Pero hay varias cosas que a mi no me ha gustado y es por lo cual acabé decepcionada con el libro y hasta cabreada, porque esos dos sentimientos fueron los que acudieron a mi cabeza cuando leí la última palabra de la obra.

Aunque sea un libro de lectura rápida y fácil, está plagado de estereotipos y de diálogos basura. Son previsibles, son simples y muchos de ellos sobran. Al principio tuve que dejar el libro y asegurarme que de verdad estaba escrito por una escritora consagrada, porque no me podía creer que esos diálogos fuesen escritos por otra persona que no fuese una adolescente escribiendo su primera obra. Aunque admito que la idea de la historia es muy buena, y es realmente por lo que quise leerme el libro, y por lo que al final lo leí, Anjali Banerjee no supo sacarle partido. Se menciona unos pocos autores en el libro, y son los mismos de siempre (Shakespeare, Poe, Dickens, Jane Austen…) pero ni siquiera se llega a demostrar el verdadero encanto de estos autores; unas cuantas frases, alguna imagen y poco más. Y en cambio se centra en autores de cuentos infantiles y en una autora de libros de cocina. Inexplicable. Además, la historia no es realmente lo que parece, si no que es más bien una novela romántica cuya historia tiene lugar en una antigua librería. Quizá una de las razones por las que me haya gustado tan poco, es que no me gustó esta idea del romanticismo y la idea que la autora transmite: una mujer es realmente feliz cuando tiene a un hombre en su vida; y esta idea se ve reflejada en la protagonista, Jasmine, en su tía y hasta en su propia hermana.

En definitiva, puede ser un libro agradable si no te esperas grandes cosas de él, pero yo lo hacía y me ha defraudado. No digo que no pueda gustarle a alguien, de hecho el libro tiene muy buenas críticas, aunque no me explico el porqué, pero si lo que buscáis es un libro que se centre en la historia de la librería y le saque jugo a esa fantástica idea, olvidaos, porque éste no lo hará.

Amalia Cocco 

Martin A. La Regina