Cuando tomas un libro de una autora por ti desconocida, te pones a leerlo y terminas de hacer lo propio quedándote con ganas de más, eso, es que el libro es bueno o el lector un obseso. Ambas cosas son verdad y convergen en La moderna Atenea, una sorprendente novela de María Concepción Regueiro Digón, una gallega de letras tomar que le pone el sello Triskel a esta concisa joya literaria tan sorprendente como divertida, interesante, etc. Sin duda uno de los grandes descubrimientos literarios de un gran lector, el fruto del sencillo consejo de un vendedor de historias que confiaba en que su recomendación no caería en saco roto; y acertó.

La autora gallega engancha con su narrativa en la que una humilde publicación comarcal, de provincias, sirve de nexo de unión para que la trama se vaya desarrollando de un original modo, el mismo que seguramente valoraron los miembros del jurado del Premio Ignotus de Literatura, quienes en 2009 no dudaron en otorgar los laureles de finalista a esta original historia de misterio presentada en forma de historias contadas por distintos protagonistas para dar luz a la cuestión que se plantea desde el primer capítulo.

Es Concepción autora lucense nacida en 1968 que ha cultivado la narrativa tanto en gallego como en castellano y sus escritos se caracterizan por la fusión de estilos siendo la obra que nos concierne un claro ejemplo de ello. Valiente, siente pasión por la ciencia ficción, como también lo hace por la historia o el costumbrismo. Ganadora del III Premio de Novela Mulleres Progresistas con su obra Tempos agradables y finalista del I Premio Meiga Moira de Literatura infantil y Xuvenil con Un marciano neste mundo, su obra se encuentra dividida en múltiples recopilaciones, antologías y publicaciones especializadas, sin olvidarnos de títulos como La estirpe de Tordón, Vistas al Río, A herdanza do marqués, Historias del Crazy Bar y otros relatos de lo imposible, Los espíritus del humo, etc…

Bienvenida, Conchi, a esta tu revista cultural amiga. Esperamos de todo corazón que te unas a nuestra familia y que pases un buen rato contestando nuestras preguntas. Concepción es una autora… que, sobre todo, quiere contar historias. Y comienza a escribir…

En la universidad más en serio, pero siempre tuve claro que antes o después iba a contar historias.

¿Recuerdas algún cuento de niños, de aquellos que nos mandaban escribir en el colegio?

Me acuerdo de que me gustaba mucho que mi madre nos contase Hansel y Grettel. De lo que escribía yo de cría, recuerdo una redacción con el tema de la primavera que me habían premiado y yo había descrito una batalla entre las huestes del invierno y de la primavera que ganaba esta última.

¿A quién le cuentas tus primeras historias?

Si nos referimos a la época infantil, yo en aquella época era bastante pragmática y las dejaba para los concursos de redacción.

Suponemos que tu imaginación era llamativa por aquel entonces ¿o no?

No me podía quejar, pero era una cría más bien tímida, así que tampoco me explayaba mucho sobre ella.

Tu género favorito tanto para escribir como para leer…

Ciencia Ficción, por supuesto. De todas formas, creo que es imprescindible leer de todo, es imprescindible para escribir incluso géneros muy determinados.

¿Realizas retiros para sentir la paz de la inspiración o eres de las autoras que creas en cafeterías y espacios cargados de bullicio?

Ni una cosa ni la otra. Escribo en mi casa o en casa de mis padres cuando voy a visitarlos. Es un entorno absolutamente cotidiano y sin ningún añadido especial para la tarea.

¿Eres de lápiz, de bolígrafo o de pluma? (no vale decir que de teclado).

De bolígrafo y roller, sobre todo. A poder ser, bonitos. Es una de las cosas precisamente que me gusta coleccionar (las otras son relojes y zapatos, pero la economía impone cantidad y frecuencia de compra, ay).

Escribes en gallego y castellano, bravo. ¿Te sientes más cómoda en una lengua que en otra?

Me encanta escribir en ambas lenguas, aunque últimamente escribo más en castellano.

¿A quién le cuentas más historias?

Cuando era docente, me gustaba contarle historias al alumnado para reforzar las explicaciones. Solía dar buen resultado y hacía las clases más amenas. Si estoy en confianza, me gusta contar historias al calor de una buena conversación.

¿Y de qué versan las mismas?

Pues de todo, desde la historia que estoy escribiendo o que se me ha podido ocurrir, a cosas que haya leído o visto (algo reinterpretadas desde mi perspectiva, ejem).

Centrémonos en La moderna Atenea, un libro que me ha enganchado desde la primera página. ¿Cómo surge la idea de esta trama?

Fue una idea que se impuso con fuerza frente a otra cosa que en aquellos momentos estaba escribiendo, sobre todo, se impuso la idea de esa mujer fuerte e independiente del siglo XIX que un autor tan radical como Eça de Queiroz habría pensado en meter en su obra, de eso estoy convencida. En este caso, es una idea construida alrededor de un personaje. Yo quería seguir con esa Dorotea Suances, y para ella creé toda la trama.

¿Tenías claro el final de la novela al comenzar a escribirla? O quizás fuera al revés…

La verdad es que no tenía ni idea de por dónde iba a salir. Como digo, quería seguir con Dorotea Suances, porque sabía que, de una u otra manera, era suficiente garantía para una buena historia. En un primer momento, el plan pasaba por hacer un steampunk, pero pronto lo deseché y me quedé con la opción que al final concluyó la novela.

¿Por qué Atenea? (queremos que les des pistas a los futuros lectores).

Atenea es el nombre de una diosa guerrera y de la sabiduría. Es un modelo bastante molón para bautizar ese proyecto misterioso de Dorotea Suances (sobre todo por el mensaje oculto que tiene usar el nombre de una diosa).

¿Consideras La moderna Atenea una novela de misterio?

Más que de misterio, de cotilleo. Todas las revelaciones vienen dadas finalmente por los dimes y diretes que empiezan a surgir en la zona a partir de un simple artículo.

¿Hubiese habido espacio para desarrollar una historia de amor?

Yo creo que también es una novela de amor, y no solo de amor romántico (recordemos que de este hay dos historias, precisamente). Hay una fraternidad y una sororidad entre los personajes igual de emocionante en su lectura.

Es muy original el uso de la fórmula “mail”. Nos gustaría saber tu opinión al efecto que crees que produce en el producto final.

Me pareció una buena manera de que el lector fuese construyendo la historia. Al fin y al cabo, era lo que se estilaba en aquellos años para un intercambio rápido y preciso de información. Hoy en día, ya con la fiebre de los whatsapps y las redes sociales seguramente tendría que plantearla de otra manera.

El desenlace… ¿realmente ciencia ficción?

Por supuesto, partimos de una especulación racional para contar el hecho que lo explica, que es la base del género

En la novela das oportunidades a prófugos. ¿Merecen la redención que les otorgas?

Sinceramente creo que son los que más oportunidades merecen, en este caso concreto. Actuaron de una manera idealista y no pensando en el beneficio personal, el problema es que las consecuencias de sus actos fueron desastrosas. Después, su lealtad y su entrega generosa les redime de ese único error (aunque grave).

¿Y la señora Suances?

Aparte de que es el verdadero motor de la historia, me gusta pensar que es un personaje lo suficientemente poliédrico para poderlo valorar de muchas maneras. Es decir, podemos admirarla por todo lo que hace y, a la vez, podemos cuestionarnos todo lo que la mueve.

¿Hay espacio para una segunda parte?

En este caso creo que, realmente, es una novela que queda perfectamente cerrada y me temo que una segunda parte sería dar vueltas sobre la misma historia.

¿Se puede vivir de la literatura en este país?

Si se puede, yo no tengo ni idea de cómo se hace, lo confieso.

Tus potenciales lectores son…

Gente que le interese la ciencia ficción desde una perspectiva distinta de los subgéneros clásicos y de la tradición anglosajona.

Por último, háblanos de tu experiencia con Triskel.

Es una experiencia de verdad positiva y enriquecedora. De ellos partió la idea de reeditar este título y su trabajo ha sido fabuloso. Además, están haciendo un catálogo envidiable: ese premio Ripley, esa antología de textos de Concepción Arenal… bocata di cardinale de verdad.

Javier Torres