De peluquería éste que les habla entiende poco. De pequeño me llevaban a la Peluquería de Barrio habitual donde no tenías opinión, había un corte estándar. También me peló un señor que venía a domicilio y cobraba 500 pesetas (3€). Me echaba su aliento a vino en la cara. Cuando crecí decidí pelarme sólo una vez al año. Luego me fui de casa de mis padres y cambié de peluquero. Volví a pelarme dos veces al año. Seguí yendo hasta que una ayudante del peluquero inventó en mi cabeza el cubismo capilar. En los últimos 5 años solo he repetido peluquería una vez y porque me cogía cerca de casa. En el mismo período de tiempo, bueno no, en el triple de ese tiempo otro redactor de ésta su revista amiga mantuvo siempre el mismo. Y encima premiado.

Y ahí que fui.

Hay una Sevilla con gente que quiere hacer cosas diferentes

-Yo he buscado romper un poco, incluso con esto que se lleva ahora, modelo hipster…yo quería romper con todo. Buscábamos romper con eso, ni modelos fuertes, delgados que marcaran los pómulos, el punto un poco alemán, lo más nórdico posible. Queríamos romper con las barbas y la Sevilla con el puente de Triana detrás.

-¿Cómo llega Juan Galán a romper con eso?

-Cuando empecé me presentaba a muchos campeonatos de peluquería, hace 20, 18 años. Luego monté mi empresa y ya me dediqué a ello. Y ahora, con los premio Figaro o los American club, me decían “¿por qué no te presentas?”, pero la peluquería es mucho trabajo. Hasta que llegó un amigo fotógrafo de Barcelona que hicimos una colección con él, me ha metido en el mundo de la fotografía y ha sido quien me ha dicho “vamos a buscar modelos”, y además es que estamos en una época que hay que moverse. Y yo a lo que no estoy dispuesto es a tirar los precios, yo sé que hay gente que está dispuesta a tirar sus precios, pero yo enseño mi trabajo, presentándolo a concursos…todo mi trabajo está en las redes sociales y que se valore. Quiero que la gente lo valore, que se vea.

-Nos suelen decir precisamente que en Sevilla ahora mismo se puede comer bien a buen precio. Parece que hay oportunidades de tener un servicio de gran calidad a muy buen precio a un gran nivel ahora que estamos cambiando.

-Tú piénsalo, yo cobro prácticamente a 24 euros la mano de obra, un pelado sale a 12 euros. Sobre todo con lo del 21% de IVA, cambiar del 8 al 21… hay un montón que están cerrando. En las redes sociales, hay compañeros que están comentando que están cerrando sus peluquerías teniendo clientes pero porque no les sale rentable. Los impuestos nos están comiendo, si antes pagabas por ejemplo 1000 euros cada 3 meses, ahora es casi 3000, sin poder subir los precios porque es una subida que hemos asumido nosotros. Esas peluquerías que trabajan a 6 euros seguro que están en negro. Yo me he puesto con clientes a calcular, y a ese precio, ¿cómo pagas IVA, seguros sociales, alquiler, materiales…? Yo sé que muchos trabajan en negro o son chavales que viven con sus padres, sacan 800 euros al mes, sacan para tirar…

-En este país el talento se mata a base de burocracia e impuestos.

-Yo creo que no están favoreciendo a los emprendedores jóvenes. Te ponen una tarifa plana de 50 euros de autónomos el primer año si eres joven, y pones esos precios a 6 euros, y luego ¿qué haces el segundo año? ¿Subes los precios si tu cliente ya es ese? Ese cliente ya no va. Yo prefiero cobrar 12 euros y si tengo que tener algún detalle con un cliente le regalo un producto, pero mi trabajo es mi trabajo.

-Eso pasa también en la fotografía. Hay gente que cree que cualquiera puede hacer fotos con una buena cámara.

-Claro, eso leía el otro día, porque tengas una buena cámara no tienes porqué hacer buenas fotos. A mí precisamente me gusta mucho la fotografía y ese puntito me ha dado mucha amplitud. El ir por la calle, mira ese balcón, mira la luz como da, eso te da mucha amplitud.

-Además si uno lo concibe como algo  mecańico…

-La peluquería es arte y pasión. Cuando vino todo lo que vino con la construcción muchos peluqueros lo dejaron para ganar 3000 euros, como sabes que se ganaba y hoy están locos por volver a trabajar en la peluquería.

-En la moda, cuando he hecho fotos he pensando muchas veces en todo el trabajo que hay detrás, que no es solo la modelo y el traje.

-Desde el fotógrafo, hasta el maquillador o maquilladora que he usado, el estilista… es un todo, yo he trabajado con todos ellos y cuando me dieron el Premio Picasso yo lo dije, el premio es un premio de conjunto, no es mío, es de todos. La gente me decía cosas sobre los abrigos, y un fotógrafo, David Hernanz me felicitó por las fotos que eran espectaculares y eso es cosa del fotógrafo no mía. Es que el peluquero tiene que estar metido en moda.

A mí me encanta hacer cursos, de hecho ahora me voy a Roma. A mi me llega un cliente  y me dice “hazme algo diferente, hazme algo distinto”, pues cuando empezaron a llevarse las crestas, incluso antes, las dos primeras crestas que hice las tuve que quitar. Uno me llegó y me dijo “quítamelo que dice mi padre que no pega ni con esta familia ni con esta comunidad de vecinos” (risas). Después, todos con crestas. Con las greñitas que se llevaron luego detrás, igual. Con las desconexiones que se llevan ahora hay gente reacia, hasta que lo lleva algún futbolista y se ponen de moda. Eso me lo reconocen mis clientes, que siempre voy un puntito por delante. Estoy viendo otras cosas y quizá ahora va a ir más rollo años 60, otro corte.

-¿Le cuesta a la gente cambiar?

-En Sevilla mucho, y a las señoras más. Aquí en Sevilla cuesta encontrar chicas para una colección que se quieran cortar el pelo. Vas al País Vasco, a Barcelona, ves unos cortes, unos colores…aquí somos más tradicionales. Igual que para colecciones de caballero cuesta encontrar chicos que tengan pelo en los parietales, con la moda esta de todos rapados, a ver si nos dejamos un poco de pelo.

La gente es muy clásica, pero es verdad que el cliente que te llega nuevo busca algo diferente. Quizá yo estoy harto de decirle “hazte algo diferente” y el día que quieren cambiar se van a otro sitio. De todos modos yo tengo una clientela bastante fiel, estoy contento con ellos y sobre todo con los hombres. A las mujeres les gusta probar sitios nuevos, a los hombres les gusta tener un sitio que te conozcan.

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-¿El Premio Picasso ha traído clientes?

-Sí, mucho.  Me están llegando clientes y también las casas comerciales. Me está dando a conocer en el mundo de la peluquería. Peluqueros que antes yo los conocía del mundo de la peluquería ahora me conocen ellos a mí, han visto mi trabajo, saben quién es Juan Galán. Tienen ese punto de ponerte a su misma altura.

-Es síntoma de cómo está cambiando el Sur, como se ha visto en los Goya.

-Como estos premios, que han motivado mucho a los peluqueros del sur. En el norte hay más consideración por los peluqueros, hasta en Zamora, que es más pequeño y ves un gran nivel.

-No es una cuestión de tamaño parece sino de tradicionalismo.

-Cuando viene gente de fuera, yo estoy encantando de enseñarle la Giralda, la Torre del Oro, y o lo que sea, pero también otras cosas.

-¿Cuál es en ese sentido el futuro que te espera?

-Ya no parar. Es lo primero que me dijo Maite Garrote o Felicitas, que está considerada una de las mejores peluqueras de España. El premio no puede estar en las estanterías para coger polvo. Hay que moverlo y ya no parar si no, no me ha servido para nada. Ya estoy mirando una nueva colección, tienes que moverte. Me gusta esa dinámica, no solo el salón, sino coger un fin de semana, preparar unas modelos, es que eso es lo bonito. La peluquería del día a día es muy bonita pero cuando tú creas algo, cuando tienes reuniones con fotógrafos, otros peluqueros, darle forma a una idea es muy bonito. Estás creando una imagen.

-Eso sucede igual con la fotografía, no es solo tirarla, y cuando tienes una sesión hay que prepararla mucho.

-Claro. Yo nunca había hecho fotos con modelos y cuando vino este chico te das cuenta de la profesionalidad de todo el mundo, en detalles que yo no veo y está el estilista pendiente de una arruga que le hace un feo. Preparar una colección son meses, entre otras cosas porque no tienes más tiempo aunque se lo quitas a la familia, es tu tiempo.

-El Premio Picasso impulsa la peluquería del sur.

-Totalmente, aunque sea a nivel de Andalucía se han presentado andaluces de muchos sitios y ha tenido una repercusión bastante fuerte a nivel de España. Se crearon con la Asociación de Peluqueros de Andalucía con su director Miguel Ángel Márquez para darle un poco de impulo. Y ha hecho que nos unamos un poco más, que nos conozcamos.

-Y las redes sociales han ayudado a conocer otras cosas.

-Antes veía cortes de pelo de Londres y aquí no llegaban hasta el año o año y  medio, y ahora lo ven al momento. Otra cosa es que la gente se atreva. Ahora mismo hay unos chavales que son a nivel mundial los más reconocidos y no tienen peluquería. Se dedican a formar, a crear tendencia. Y son de aquí, viven en Madrid. A mí me gusta mucho Vidal Sasoon, me gusta  mucho la peluquería inglesa.

-A mí me llama la atención lo que cuidan mucho los italianos o los ingleses el peinado, la peluquería a diferencia de nosotros.

-De Madrid para abajo somos más tradicionales, por el norte son más atrevidos. Piensa que la media de cliente es de venir de mes a mes y medio. Eso no ocurre tanto por ahí.

-¿Esperas que exista la “marca Juan Galán”? ¿Qué eso sea prestigio?

-Sí, de hecho ya me ocurre. No sé si por la zona, pero muchas veces me han presentado “oye tú eres Juan Galán el que tiene la peluquería” y yo me siento orgulloso de todos los clientes que tengo. Fíjate, el otro día puse una foto de un hombre que llevo 20 años cortándole el pelo y ahora tiene demencia senil. Y puse una foto diciendo “todo el mundo pone fotos de sus colecciones y yo me siento orgulloso de poner una foto con mi cliente que tiene 80 y tantos años y hoy por hoy yo voy tres veces a afeitarlo a su casa”. Yo me siento orgulloso de esa gente. Yo lo he colgado pensando “bueno, esto lo haremos todos”, y por lo visto no lo hacemos tanta gente. A mí esa sonrisa de ese hombre, que casi no reconoce a nadie y a mí me reconoce, a mí eso me enorgullece, me llena.

-Es una cuestión de entender el prestigio, no sólo el mercado.

-Esto es un negocio porque tengo que comer, pero yo creo que si me tocara la Primitiva seguiría trabajando. A lo mejor gratis, y a lo mejor a quien a mí me apetezca. Yo seguiría con la profesión porque me gusta. Es muy triste levantarte todos los días y no tener nada que hacer. Yo tengo que tener una motivación, tienes que hacer algo que te guste. Hace muchos años me lo comentaba una profesora cuando yo estaba estudiando peluquería, Cati. Ella decía que había levantarse todas las mañanas e irse a trabajar. Lo que no puedes hacer es quedarte en tu casa.

 -Es lo que pasa con las crisis, que hay que convertir la dificultad en oportunidad y buscar el talento en las pasiones, en aquello por lo que irías a por todas.

-Lo que se está viendo con la crisis es la profesionalidad. En los bares, en la peluquería, ahora el cliente busca mucho la profesionalidad, porque antes te gastabas el dinero sin mirar y ahora se exige lo que se paga.

-Eso viene bien para distinguir quién es un profesional dedicado de quién no lo es.

-A mí me dicen la gente que cobra 6 euros, y yo pienso “muy malo tiene que ser”. Yo para eso prefiero no cobrar. Tengo clientes, que más que clientes son amigos, y sé que están pasando una mala racha y no les cobro. Yo tengo el día sin IVA y ese día cobro menos. Hay gente que tiene por ahí descuentos de Parado o Jubilado, y ¿cuánta gente se conoce que está parada y cobrando en negro? Que es cierto que hay gente que lo está pasando muy mal. Para mí eso mismo lo hago pero personal, yo te conozco y sé que estás en paro o pasando una mala racha y te cobro menos o no te cobro. Pero no porque tengas un carnet de parado. Luego los jubilados, ¿cuántos hay cobrando una pensión alta y luego hay familias de cinco miembros con 600 euros para todo el mes? Bueno, pues al final la gente resulta que da igual que vengan ese día sin IVA porque me acaban pagando los 12 euros porque valoran tu trabajo.

 – Hay que poner un precio al talento, a la calidad.

-¿Cuánta gente en fotografía te dice “hazme una foto” y no valoran no sólo las horas de trabajo sino todo lo anterior, la formación, lo que hay detrás? Yo se lo digo muchas veces a los clientes, como Manolo Vázquez. Yo sé que es caro, y yo sé el material que trabaja y es bueno. Voy y a lo mejor me tomo una tapa, pero si no me puedo permitir el marisco no me lo tomo. En Manolo Vázquez te tomas una ensaladilla a 2 euros pero luego la gamba es espectacular, la mahonesa es espectacular, la papa… y ahora al lado te ponen la ensaladilla a 1’50 hecha con cosas congeladas, ¿cuál es la cara entonces? Yo sé cómo tengo que trabajar, y yo lo que no voy a trabajar es con productos malos. Podría comprar productos más baratos y cobrar menos, pero ¿para qué? ¿para que el cliente no vuelva? Prefiero perder un cliente porque piense que es caro antes que porque se le ha estropeado el pelo. Prefiero perder un cliente por no poderlo atender, que por atenderlo rápido y mal.

-Hay que sentir amor por lo que uno hace.

-Claro, es que si no, no eres feliz. Yo pienso que todo lo que haces tienes que hacerlo con ganas, con buena actitud.

 Aarón Reyes (@tyndaro)