Hablar de Juan Carlos Toro es hablar de la actualidad diaria de Jerez y de sus inmediaciones en los últimos doce años. Sí, sus imágenes han servido para ilustrar portadas y ‘contras’, amén de suplementos con un jovencísimo Jorge Lorenzo debutando en el Circuito de Jerez, de inundaciones, de sucesos y de flamenco, un tema en el que Toro, hijo y sobrino de artista, se siente cómodo, sobre todo a partir de su proyecto Presencias, con el que ha llenado las calles de Jerez de murales de sus principales baluartes de este arte como Diego Carrasco, ‘Agujetas’ o ‘El Torta’, por ejemplo.
Ahora ha vuelto a ir un poco más allá y lleva desde principios de año preparando otra muestra en la que agrupa vanguardia y tradición, en la que ha concentrado ‘en plata’ la esencia del mejor cante flamenco lebrijano.
Desde el pasado día 19 de julio se puede visitar en la galería ‘El viajero alado’ la exposición Flamenco en plata en la que el objetivo de Toro capta su particular visión del cante más puro de este rincón sevillano que es conocidísimo por su particular forma de entender el flamenco. “Básicamente el título de esta muestra viene por la técnica que he empleado para hacer las emulsiones en haluros de plata. Se trata de una técnica antigua en la que se vuelve a la foto tradicional en blanco y negro, más una vuelta de tuerca con la emulsión”. Cierto. Las fotografías de Juan Carlos Toro concentran con ese tratamiento una luz distinta, diferente, de una misma imagen se pueden tener distintas percepciones simplemente con ese toque tan particular que le da esa técnica.
Entre los cantaores que tienen su sitio en esta muestra que se va a exponer en la galería del actor Bruto Pomeroy está lo mejor de la localidad sevillana como Curro Malena, señero donde los haya o Luis Malena, así como Juan Peña ‘El Lebrijano’, Fernanda Carrasco o Anabel y José Valencia, entre otros.
La idea ha empezado a cuajar poco a poco, entre cursos de iniciación en la fotografía con la Universidad de Cádiz y otros proyectos personales. No es la primera vez que Toro da a conocer lo mejor que capta su cámara fuera de su ciudad natal, Jerez, sino que ya lo hizo en el año 2008 con la muestra Caleidos Cádiz, que estuvo en la Sala Rivadavia de la Diputación de Cádiz y en la que dejaba al descubierto otra de las grandes pasiones de este jerezano de 34 años, el mar y la costa, con diferentes imágenes en casi simetría del litoral gaditano en la que no faltaban faros, marismas o acantilados, que también los hay.
Luego le tocó el turno a Presencias, en 2011, “un proyecto que aún no está terminado por falta de financiación, pero que está ahí en el aire”. Muchos visitantes de Jerez se han sentido sorprendidos ante grandes pósters que han servido para engalanar calles del centro jerezano, rincones que se han contagiado aún más de ese sabor añejo que tiene el flamenco en esta ciudad del sur que tan buenos artistas ha dado. Su primer gran contacto con el flamenco en lo que a muestras particulares se refiere ha sido ése y ahora le ha tocado dar el salto a Lebrija con esa docena de imágenes que ha ayudado a celebrar más si cabe por todo lo alto la ‘caracolá’ que tuvo lugar el fin de semana del 19, 20 y 21 de este mes de julio y en el que el cante ha sido el principal protagonista, como cada año por estas fechas. La muestra, en la que se proyecta además un vídeo con el making-off de la misma, y en el que no falta el cante a la par que se revelan fotografías, se podrá visitar aproximadamente hasta bien avanzado el verano.
Noemí González
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