El pasado fin de semana fue la 27ª Feria Alternativa de Valencia. Una feria que aboga por un ocio no alienante, divertido y concienciado con los diferentes movimientos y colectivos sociales y culturales. Surge como una alternativa al ocio fácil y consumista, ese ocio que nos hace pasar horas delante de un televisor, un ordenador o en un abarrotado y escandaloso centro comercial. La feria invita a conversar con las personas que nos rodean aunque no nos conozcamos, a conocer la difícil labor de los artesanos, de los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos y también a conocer lo que ingerimos y las alternativas alimentarias que podemos encontrar. En las pocas horas que estuve allí pude ver a gente divertirse, reír, hablar sin esos silencios incómodos que surgen entre desconocidos o los que puedes encontrar entre varios amigos como causa de las nuevas tecnologías.
Foto: Amalia Cocco
A medida que me paseaba por la Feria me encontraba con coloridos puestos artesanales, de periódicos como La Marea, de librerías libertarias, veía puestos de organizaciones como Greenpeace y Amnistía Internacional recogiendo firmas, otras que pedían el cierre de los CIE’s o la rehabilitación del Cabañal[1]. También aproveché y probé un trozo de pastel de manzana que vendían en un puesto de tartas y galletas caseras en la cual se podía encontrar opciones tanto para veganos como para celíacos. Hay qué decir que estaba riquísimo, aunque uno de los bocados me supo un poco a chamuscado. Sinceramente, si hubiese sido por mí me habría parado en cada una de las casetas de comida y bebida que había a cada lado del paseo: comida india, vegana, zumos naturales, crépes… y otras muchas opciones más. Si no fuese por mi bolsillo limitado, allí me habría puesto las botas.
Foto: Amalia Cocco
Pero siguiendo con el recorrido, tuve también la oportunidad de escuchar el final de un concierto y ver un poco del teatro de títeres que tenía lugar a esas horas de la tarde, ya que durante los tres días que duraba la feria, la música no faltaba. Hubo actuaciones de Néstor Mont, Cifu, Lilit y Dionisis, Candela Roots o Ki Sap, entre otros. Sin embargo, hay que recalcar que la música no fue lo único que ambientó la Feria, también lo hicieron las diferentes charlas que se dieron durante el fin de semana: sobre la relación entre las personas y la tierra; sobre el Straight Edge[2]; las CSA’s y okupaciones[3]; la lucha en contra del capitalismo y el patriarcado; y también sobre el feminismo en los movimientos sociales, entre muchas otros temas.
Foto: Amalia Cocco
En definitiva, la Feria Alternativa se concibe como un punto de encuentro entre personas con puntos de vista sobre la vida, el planeta, las relaciones humanas y con la naturaleza, diferentes a las que predominan en nuestra sociedad actualmente. Es un lugar para todas las edades y que también está enfocado a la infancia, pues es desde pequeño cuando se le tiene que inculcar determinados valores que harán que cuando sean mayores lleven uno u otro estilo de vida. Lo utópico sería que este tipo de ferias no tuviesen que ser consideradas como alternativas, pues eso significaría que seríamos personas más concienciadas con nuestro entorno y más críticas con todo lo que nos rodea y también con aquello que no vemos. Pero por desgracia eso no es así, y este tipo de iniciativas, al igual que el Etnosur o el Womad, aportan ese “algo más” que es muy necesario en nuestras sociedades. Además, como ciudadana que lleva más de una década viviendo en Valencia, ver que esta Feria lleva ya 27 años dando caña, es como mucho emocionante. Se suele tener desde otras partes de España la imagen de Valencia como una ciudad facha y muy PePera, y cierto que en parte lo es, pero no se vé que en esta ciudad hay un gran frente de izquierdas y que hay muchísimos movimientos sociales y culturales, pero como es habitual en nosotros, las cosas o son blancas o son negras, no hay punto intermedio y así nos va.
Amalia Cocco
[1] El Cabañal es un conocido barrio de Valencia, muy especial para los valencianos por su contenido histórico y artístico que está siendo atacado por el PP valenciano. El Partido Popular prevé demoler 1.651 viviendas, y la Plataforma Salvem el Cabanyal – Canyamelar – Cap de França, lleva luchando por su defensa y su rehabilitación integral desde 1998.
[2] Straight Edge es un movimiento en contra de las drogas, del autoritaismo, del fascismo, de la xenofobia y del consumismo.
[3] Centros Sociales Anarquistas.
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