Hace tiempo que venimos diciéndolo: el periodismo tiene una crisis que no es por el medio sino por el mensaje por la forma de acudir a él, de elaborarlo, contrastarlo. No basta con buscar la foto de una fuente, hay que ir a ella y beber sin vaso. De eso, de su libro y de la marcha de las últimas décadas de España hemos hablado con Fernando Jáuregui, decano de periodistas del Congreso, editor de diariocritico.com y alguien que sabe muy bien de lo que habla como pudimos comprobar al entrevistarlo.

Una de las cosas que llaman la atención de su libro [Historia vivida de España. De Franco a Podemos, Edt. Almuzara, 2015] es el modo en el que están contadas las cosas. Recuerdan a la forma en la que los historiadores de la Antigüedad como Jenofonte, Tucídides o Polibio relataban los acontecimientos desde un punto de vista personal.

Yo creo que el periodismo actual lo que ha perdido es la capacidad de hacer información presencial, de ir a los sitios, de mirar. Yo me autodefino como un «mirón», yo soy un tío que ha mirado todo, he ido a los sitios, para ver los detalles. El periodismo actual es menos presencial, cada vez los periodistas van menos a los sitios a ver las cosas de cerca. Estamos en la «generación Google», lo que diga Google o Wikipedia. Para cortar y pegar. Eso al final hace que la calidad del periodismo se quede en nada, en los referentes de las redes sociales y eso no es así.

Estar en el sitio es algo importante, sobre todo en estos días que hemos conocido el secuestro de tres periodistas en Siria [Antonio Pampliega, José Manuel López, y Ángel Sastre]

Para mí estos tres colegas son héroes.  Son gente que ha ido más allá de lo razonable en buscar de ver las cosas, de fotografiarlo, de dar testimonio. Hay gente que dicen que son imprudentes, que han hecho mal. Yo creo lo contrario, son mis héroes. Desmiente todo este periodismo de laboratorio, de estar sentado en la silla mirando lo que dicen las redes sociales.

Porque al final debe ser algo vocacional, como reflejas en tu libro.

Sin duda. Yo hice Derecho porque mi padre me pidió que hice Derecho y no le gustaba el Periodismo. Pero yo desde muy joven supe que lo mío era el Periodismo y quería dedicarme a ello sin la menor duda. Y así ha sido. El problema de muchos jóvenes periodistas ahora es que no son vocacionales. No creen que el periodismo es una especia de sacerdocio, de servir a la comunidad. Muchos colegas creen que es un modus vivendi, y no es un modus vivendi, es mucho más que eso.

Es la única forma de sentirse inmerso como en experiencias como la de Portugal como enviado de Pyresa debió ser apasionante especialmente por la confluencia allí de gente tan dispar como Guerra o Chaves, don Juan de Borbón o García Trevijano.

Yo tuve mucha suerte de que mandasen allí. Tenía 23 años cuando fui al Portugal de la Revolución de los Claveles. Acaba de terminar la mili, era un niño. Me encontré allí de pronto inmerso en lo que eran las primeras páginas del mundo entero y en lo que era un motivo de inquietud para la España de Franco. Y formarme allí con esa práctica, donde desde que me apuntaran con una pistola hasta que me pasara una bala rozando, pasando porque conocí a los protagonistas de la actualidad del mundo en esos momentos, solo puedo estar agradecido por haber tenido esa oportunidad para un chaval de 23 años.

 Al repasar lo que cuenta sobre la Transición, resulta interesante detenerse sobre el papel que tuvo el PSOE de Felipe González. En una entrevista Cañamero decía abiertamente que la creación y transformación de ese PSOE fue dirigida por Willy Brandt a instancias de EEUU para permitir una «izquierda blanda» en España. ¿Fue en ese momento el PSOE a la izquierda lo que luego el PP a la derecha, un partido para aglutinar y evitar extremismos?

Las tesis conspiratorias nunca me las he creído. Siempre he creído más en las casualidades que en las causalidades. Willy Brandt ayudó porque era un referente de la socialdemocracia europea. Pero la verdad es que no se hubiera regenerado el socialismo español si no hubiera habido un grupo de sevillanos aliados con los vascos en el Pacto del Betis que desafiaron al viejo socialismo histórico. Se dio eso, y eso es lo que tiene importancia. Y Willy Brandt vio que eso era lo que había que apoyar. Pero, ¿una creación de Brandt apoyado por los americanos? Eso es muy de Cañamero. Son las tesis conspiratorias de una cierta izquierda que no entiende que las cosas son a veces más sencillas de lo que parece.

España parece un país muy propenso a la tesis conspiratorias desde el 23-F al 11-M.

Una parte conspiratoria siempre hay. Pero yo creo que lo casual es mucho más importante casi siempre que lo causal. Que la casualidad y la improvisación juegan un papel más importante que la conspiración, al menos en España. Y sí, España, a pesar de ser el paraíso de la improvisación, es un país muy conspiratorio y así se dan muchas explicaciones sobre la cosas que no tienen nada que ver con la realidad. Por ejemplo el 23-F.

La historia la escriben siempre los vencedores o los resentidos vencidos. La mayor parte de las veces la historia no busca la objetividad sino llevar el agua al molino del que la escribe. Así nos ocurrió a los niños de los años 60 o 70 que nunca nos contaron la verdad sobre Felipe II, sobre la Inquisición, o sobre el Padre de las Casas, o sobre la República. Y eso sucede porque la historia es un arma cargada de veneno. Y en la España de la Dictadura más que en ninguna parte.

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En la Transición se crearon notables mitos. ¿Hay hoy figuras que puedan recordar a mitos como Tierno Galván en el sentido de tener más halo que realidad en cuanto a su conducta? Se lo comento porque la anécdota que cuenta de Tierno Galván en Villaverde la he escuchado también de Pablo Iglesias en términos parecidos.

Tierno Galván era un tipo que no merecía la buena fama que ha dejado. Era una persona que ni siquiera era un militante de izquierdas desde mi punto de vista.

Ser del Partido Comunista, ¿era una moda?

Sí, supongo que sí. Era la única posibilidad de militar en algún colectivo que tuviera algo que ver con el antifranquismo porque el Partido Socialista no estaba en la universidad, por lo menos no en la que yo estaba. Ni siquiera estaba en el medio profesional mío, en el Periodismo. Y estaba el Partido Comunista, que actuaba, que se movía, y entonces sí, tenía cierto prestigio. Muchos que no éramos comunistas o no podíamos definirnos como auténticos comunistas, pues nos afiliamos al Partido porque era la única forma de hacer algo. De no estar solo e impotente contra la Dictadura que era una Dictadura realmente pegajosa y molesta.

La maniobra de legalizar al PC, ¿no tuvo también como consecuencia una pérdida de su atractivo y por tanto una desactivación de su dimensión?

Bueno, salió bien. Si no se hubiera legalizado el Partido Comunista, el Partido Socialista no se hubiera podido presentar. Y si no se hubiera presentado aquellas elecciones del 77 no hubieran valido para nada. Eso me lo explicaba a mí Adolfo Suárez muchos años después.

Los momentos inmediatamente posteriores a la muerte de Franco parecen haber sido más duros que incluso durante la década anterior…

No lo creo. Qué va. Los meses anteriores a la muerte de Franco sí que fueron meses durísimos. Fusilamientos, encarcelamientos. ¿Después? Incluso Arias Navarro que era un desastre comprendió que ya no se podía seguir gobernando igual que con Franco. De hecho se abrió mucho la mano, fue un proceso bastante rápido. El Postfranquismo duró exactamente 11 meses, hasta que llegó Suárez y empezó a abrir las puertas. Así que no creo que eso fuera así.

Como usted cuenta, había quienes tildaban al Rey Juan Carlos de El Breve, ¿fue siempre un convencido demócrata o entendió que el único camino que realmente le quedaba era la democracia ya que hubiera sido insostenible perpetuar el modelo franquista?

Eso a quién le importa si fue convencido o no. Lo importante son los resultados. A mí cuando me dicen «es que se han tomado estas medidas beneficiosas porque hay unas elecciones cercanas», pues yo digo que benditas elecciones porque si no seguiríamos en la época del derecho de pernada. Así que, a mí me da lo mismo: si el Rey Juan Carlos vio que la única forma de sobrevivir en el trono era ésta, pues estupendo. A lo mejor no estaba convencido pero lo importante es el resultado y no el proceso de intenciones que le puedas hacer a una persona. Yo creo que Juan Carlos, cuya legitimidad viene de Franco, fue una figura muy valiosa para la democracia. Cosa que por cierto yo creo que Franco ya sabía.

 ¿Quién pudo tener tanto interés en que un político tan hábil en la Transición como Suárez acabara dimitiendo y pasando a un segundo plano hasta desaparecer de la escena pública tan rápidamente?

No acabó tan pronto. Suárez tenía que haber desaparecido de la política después de aquellas elecciones de 1977. Lo lógico es que no hubiera seguido. El problema para él fue que prolongó su mandato demasiado tiempo, porque pensaba que hacía falta, después de esas elecciones. Suárez creo que tuvo tres años más por lo menos de los que debía haber estado en la Moncloa. Se tenía que haber marchado después de las elecciones del 77 y antes de aprobar la Constitución. Ya había otros que lo hacían mejor que él. Suárez lo que hizo magistralmente fue derribar el régimen y cambiar el Estado en el sentido democrático. Tuvo mucho valor y eso lo hizo exactamente en 11 meses. Después se tenía que haber marchado.

Cuando en clase toca explicar los primeros gobiernos democráticos, a los chavales que están ahora a punto de cumplir la mayoría de edad les cuesta entender el horror continuo del terrorismo de ETA. Contar aquella etapa como lo hace usted en su libro, ¿nos puede ayudar a no olvidar lacras como ésa?

 Eso pretendemos algunos. Porque aquello fue muy importante y lo que hicieron algunas gentes para traer la democracia a España fue muy importante y no se puede desconocer. No se puede decir que ni Suárez ni Juan Carlos trajeron la democracia, como dijo Monedero hace unos meses, eso es una barbaridad. Yo creo que todos, muchos, los que tenemos cierta edad, hemos cooperado en traer la democracia a España de una manera o de otra, en la medida de nuestras fuerzas. Hay que valorar lo que algunas generaciones hicieron para que en este país se viva ahora mismo como se vive, se tengan las libertades que se tienen. Eso hay que valorarlo.

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Avanzando en el tiempo ¿hubo realmente una metamorfosis de González o en realidad ya venía así «de serie»?

 Yo creo que hubo una metamorfosis muy seria. El contacto con el poder le cambió. No fue un mal gobernante en general, cambió muchas cosas, hizo un Estado del Bienestar, nos puso en el mapa internacionalmente, nos metió en la UE. Lo malo de González fue la última legislatura que fue la legislatura de los golfos.

Lo que sí parece muy claro es la metamorfosis de Aznar, ¿es el caso más claro de cómo el poder cambia a la gente?

 Aznar tuvo una muy buena primera legislatura, pactando con el PNV y CiU. Fue muy abierto. Sí es verdad que cuando tuvo mayoría absoluta en la segunda legislatura la hizo gorda. Le encantaba que Bush le pusiera la zarpa encima del brazo en las fotografías. Se creyó que era el aliado número uno del imperio, creyó que los EEUU sin él no funcionarían. En fin, dadme poder para que te conozcan. Ahí el Aznar poderoso la fastidió. Porque mira que lo hizo bien en la primera legislatura, eso es verdad. Aznar tiene sus claros y sus oscuros, pero tiene también sus claros, ahora la gente no se los reconoce pero los tiene, claro que sí. Aznar, en conjunto, la historia le hará justicia. No todo fueron sus ataques de arrogancia en la segunda legislatura. Tuvo una primera legislatura muy buena de la que quizá su sucesor en el PP Mariano Rajoy debería tomar ejemplo.

Se habla mucho de la «panda de golfos» de la corrupción de la última época del PSOE. Sin embargo, en el PP, hasta un 75% de los ministros de la era Aznar están imputados o directamente en la cárcel, ¿ha cambiado la forma de enfocar estos temas por parte de la población?

 Yo creo que ahora mismo no hay corrupción en España, la verdad. Hemos sabido luchar contra la corrupción.

De Zapatero lo que más me llama la atención es aquello de «el PSOE no tiene política de comunicación porque somos gente honrada». De hecho, se le achacó durante las dos legislaturas lo mal que comunicaban sus políticas.

Era una sandez de Zapatero de las muchas que me dijo. No tenía ni idea de lo que hacía ni de lo que era nada cuando llegó al poder y me temo que se marchó sin tener muchísima idea. Aunque hizo algunas cosas buenas, ésa es la verdad, todos los presidentes del gobierno han hecho cosas buenas, y han hecho cosas malas todos. Lo que pasa es que Zapatero parecía que no se enteraba de lo que hacía porque tenía bastante poca y bastante mala cultura política.

Un presidente de eslóganes.

De simplezas más que de eslóganes y ocurrencias. Zapatero no tenía talla para ser presidente de España. Probablemente es el político que menos talla haya tenido para ser presidente del gobierno de España.

¿No se ha equivocado también el PP de Rajoy en este aspecto?

El PP de Rajoy tiene muchos problemas con muchas cosas. Decir que solo tiene un problema de comunicación es un error. Tiene problemas muchos más serios, pero eso es una cuestión distinta. Rajoy es un hombre con sentido común, en un hombre honrado, es un patriota, lo que no es, es un estadista. Y ahí la falla la comunicación, la simpatía, la cercanía a la gente, el arrojo político para hacer una política más de estadista para entusiasmar a la gente. Pero a Zapatero le fallaban otras cosas, le fallaba el sentido común. Eso es muy serio en un gobernante.

 A propósito de lo que cuenta sobre la figura de Miguel Barroso, me gustaría preguntarle por los medios digitales. Cuenta, y esto es fácil de comprobar, cómo estos medios son más duros que los medios convencionales, ¿son el futuro? Y no se lo digo frente al «poder» del papel sino frente al «poder» político.

Intentó que nos quitasen la publicidad a los medios digitales, nada menos. Con lo cual nos hubiese hundido a todos, nos hubiese dejado a  muchos colegas en la calle. Eso fue parte de la política comunicación de Barroso, de Zapatero que decía que no tenía política de comunicación. Pues contrató al peor, al más malévolo y al más amoral, así como suena.

Al ser estos medios, los digitales, más duros, ¿son el futuro frente al resto?

No sé qué es el futuro en comunicación. Los jóvenes no leen periódicos en papel, no escuchan noticiarios de radio, no ven noticias de televisión, pero tampoco es que recurran a los medios digitales, ni mucho menos. No sé por dónde va a salir la comunicación. Y las redes sociales son una cosa muy efímera, las cosas van por otro lado pero no sé por dónde van a salir. Yo creo que ahora nuestros jóvenes, por mucho que digan, tecnológicamente están muy preparados pero desde el punto de vista político y de cultura política están muy atrás.

Se está generando una especie de analfabetismo cultural basado en la información segmentada procedente de las redes sociales.

Se lee poco, se investiga poco y sobre todo nuestros colegas los periodistas, levantarse del asiento…ni para ir al cuarto de baño, y menos para comprobar una información, llamar a una fuente… Soy muy crítico con el periodismo joven de ahora porque creo que el periodismo tiene que ser muchísimo más comprometido y no lo es.

Y en cuanto a los nuevos partidos, compartimos su dificultad para acercarnos a Iglesias o en general a alguien de la cúpula de Podemos, ¿por qué tanto proteccionismo?

No tienen transparencia. Son sectarios. No tienen ni idea de lo que es una comunicación plural y democrática, y siguen sin tenerla. Y se creen que saben mucho de comunicación porque han dominado bastante bien algunas televisiones que les han dado entrada. Están ahí porque el resto de partidos han sido un desastre, los partidos consagrados. Pero las pautas de comunicación de Podemos, y de algunos otros partidos, pero desde luego Podemos llegó hablando de nuevos parámetros, de nuevas formas de comportarse, y no lo ha hecho.

¿No es un riesgo plantear la ruptura generacional en los términos en los que lo plantea Pablo Iglesias y Podemos?

Yo creo que eso se va corrigiendo poco a poco. Se han dado cuenta de su error, y de hecho esto de la edad va siendo más transversal. Es verdad que todavía siguen algunos atavismos de estos de que todo el que haya nacido antes de la Constitución no nos sirve pero afortunadamente va cambiando. Afortunadamente porque era una tontería establecer diferenciaciones en base a edad, a religión, a sexo, a estatura o color de pelo, es una tontería y casi un delito. Les ha pasado que venían con una superioridad de edad muy seria y constante y han abandonado estos planteamientos.

Su libro se llama «historia vivida», ¿hace falta literatura más cercana para acercar la historia en forma de experiencia?

Las memorias de los políticos suelen ser un desastre siempre porque están muy seleccionadas y muy segmentadas. La verdad es que a mí me parece que cuentan muchas mentiras si se puede decir así. A mí me aburren, la verdad, no suelo terminar las memorias de los políticos. No sé si la gente terminará las mías porque es un libro muy gordo pero desde luego los libros de memorias de los políticos no hay quien las acabe. Yo lo he intentado con las de Zapatero, las de Aznar, y las de otros políticos anteriores, incluso también las de algunos protagonistas de la historia como el general Armada. A mí me parece que todo eso es absurdo. Adolfo Suárez se ha muerto sin publicar sus memorias que hubieran sido las únicas interesantes. A ver si su hijo las publica, que a mí me encantaría.

Por último me gustaría preguntarle, más que cómo vería la España de 2020, es si podemos tener una esperanza para el país huyendo del derrotismo habitual español.

Yo soy optimista. Vamos a mejor. No hay corrupción, o al menos no hay la que había. El Rey que tenemos es un rey estupendo. La clase política no roba, al menos que sepamos. Los militares son demócratas y están con la Constitución. Las instituciones van mejorando poco a poco. La economía, dentro de que hay unas desigualdades en España lo que es un escándalo y un horror, pero la economía va sacándonos de la angustia poco a poco. Ahora hay que ver si nuestra clase política, de la que depende todo, hace bien en enterarse de todo esto y pone en marcha algunos mecanismos más igualitarios, más demócratas, un gran pacto para la reforma política desde la Constitución a la normativa electoral. Si todo esto continua en unas pautas de normalidad podemos esperar que 2020 sea mejor.

¿Qué dificultades políticas veo en el horizonte? Sobre todo Cataluña. La desigualdad territorial es un tema terrible que hemos hecho mal, no lo hemos entendido y tenemos algunos problemas muy serios. Además es un problema que deberían solucionar conjuntamente los señores Rajoy, Sánchez, Rivera e incluso Iglesias. Debería haber un gran pacto a cuatro para frenar las tonterías que están haciendo algunos que se llaman secesionistas en Cataluña.

Aarón Reyes (@tyndaro)