El filme Díos mío, pero ¿qué te hemos hecho? sigue arrancando una sonrisa en las salas de cine en tiempos difíciles. La película, que habla de integración y prejuicios raciales, ha sido una de las más taquilleras en Francia y está nominada al Goya como mejor película europea
La vida está llena de paradojas. Contradicciones que en el fondo están llenas de verdad. Ironías de la vida. Eso es lo que sentí al ver la película Dios mío, pero ¿qué te hemos hecho? y luego comprobar cómo la realidad sigue superando a la ficción, cómo los finales felices sólo se producen en determinadas situaciones. Los franceses siempre se han caracterizado por hacer un cine lento en las tramas, con un humor sobrio y correcto, de sonrisa y no de carcajada, diría yo. Incluso las distintas entregas de Los visitantes con Jean Renó (Juan Moreno para sus amigos de Sanlúcar) son eso, lo mismo ocurre con las que se han hecho sobre Astérix, el galo. Situaciones cómicas, pero dentro de la delicadeza que caracteriza al país de la Torre Eiffel, de los perfumes y de fina pastelería.
Philippe de Chauveron, el director de Dios mío… vuelve a sacar su vena cómica en la película más taquillera en el país vecino desde el drama Intocable. Es también el autor del guión junto a Guy Laurent. Ambos se proponen hacer pasar un buen rato al espectador con una trama conocida: los suegros versus sus nuevos yernos. El problema se convierte en algo más cuando tres de las cuatro hijas de un matrimonio muy conservador, católico y de provincias se casan con hijos de inmigrantes: un árabe, un judío y un chino. Queda una esperanza para el matrimonio Verneuil, formado por Christian Clavier (Los visitantes, Astérix y Obélix; Misión Cleopatra y caballero de la Legión de Honor desde 2008) y Chantal Lauby (La jaula dorada): su hija pequeña, que aún permanece soltera.
Los dos, pese a ‘aceptar’ los matrimonios de sus vástagas, aunque los hayan celebrado casi en la clandestinidad, siguen teniendo sus reservas ante sus yernos. Las cenas familiares si ya de por sí a veces son un suplicio (que levante la mano quien no lo haya pensado alguna vez que otra) se llegan a convertir en auténtico campo de batalla dialéctica entre sus yernos, mientras que los demás, hijas y progenitores se dedican a observar el fuego cruzado. Tras unos dos años de completa ‘guerra fría’, el matrimonio decide volver a juntar a sus hijas en la residencia familiar en unas vacaciones de Navidad, tiempo especial para la conciliación en todos los sentidos. Es precisamente tras la celebración de esa efeméride cuando la hija menor del matrimonio decide dar una noticia inesperada que cambiará sus vidas. Se casa. Esta vez habrá matrimonio por la Santa Madre Iglesia con un chico católico, pero… negro.
Si quieren saber cómo termina la historia, mejor se acercan al cine, seguro que el final no les deja indiferentes en unos momentos difíciles, de sentimientos encontrados tras la matanza en la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo. En el filme se llega a observar que el diálogo es la clave para alcanzar un clima de entendimiento y sobre todo, algo más, que la base de la familia es simplemente similar en muchas culturas, se busca siempre el bienestar de los tuyos y eso sucede aquí, más allá de los Pirineos o en la Atlántida. Luego añádanle el estrés y las tensiones que conlleva una boda con invitados que vienen de fuera, un modelo de alta costura precioso y unas hijas que creen que sus padres están pasando por una profunda crisis matrimonial. Mezclen eso y et voilà, el perfecto filme francés.
Noemí González
Título original: Qu’est-ce qu’on a fait au Bon Dieu?
Título en español: Dios mío, pero ¿qué te hemos hecho? Año: 2014 Duración: 97 min. País: Francia Director: Philippe de Chauveron Guión: Philippe de Chauveron, Guy Laurent Fotografía: Vincent Mathias Reparto: Christian Clavier, Chantal Lauby, Ary Abittan, Medi Sadoun, Frédéric Chau, Noom Diawara, Frédérique Bel, Julia Piaton, Émilie Caen, Élodie Fontan, Pascal Nzonzi Productora: Les films du 24 / TF1 Droits Audiovisuels / TF1 Films Production |
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