El escritor Juan Manuel de Prada estuvo recientemente en Jerez para hablar de su nuevo libro Morir bajo tu cielo, en el que habla de la resistencia de los últimos de Filipinas. Su charla pudo hacer ver cómo la sensación de desencanto de aquella fecha es similar a la que reina hoy en día en España
Juan Manuel de Prada es uno de los autores más vendidos de las últimas décadas. En su haber tiene distintos premios tan prestigiosos como el Planeta, el Primavera o el Nacional de Narrativa. Al margen de eso, tiene una pluma afilada que extiende con periodicidad en publicaciones como el diario ABC o la Revista XL Semanal para pronunciarse sobre distintos temas. Fue eso lo que hizo hace unas semanas en Jerez invitado a una charla organizada por la Asociación Católica de Propagandistas en la que habló de todo un poco: de Literatura, de la sociedad actual y de las consecuencias políticas de ese estado en el que se encuentra sumida España y Europa, aunque algunos se atrevan a asegurar que la crisis es algo pasado y como tal ya extinto.
El tema de su nuevo libro Morir bajo tu cielo, en la que recrea el episodio histórico de los últimos de Filipinas, sirvió de pretexto para hacer un repaso a la situación política actual haciendo una comparación de la España del 98 con la nación actual que es consecuencia “del Régimen del 78”. “El desastre del 98 es fundamental para entender el sentimiento de atraso que los españoles hemos hecho nuestro. La Restauración borbónica es un intento fallido para cerrar las heridas del siglo XIX con las guerras carlistas y la época de la Transición es lo mismo, tratar de cerrar las heridas de la Guerra Civil prolongadas con la dictadura. Se hace una reconciliación nacional con la restauración de la monarquía. Por eso, la Transición es igual a una segunda restauración”, apuntó el escritor. La sensación de desencanto y de querer salir a flote apelando al pundonor del ciudadano y a su sacrificio actual es similar a la que se exigía en tiempos decimonónicos.
Según el autor de Morir bajo tu cielo, editado por Espasa, la religión es clave para las civilizaciones fuertes. “En el 98, la sociedad era católica pero otras ideologías estaban en liza y atacando ya. Los pueblos que reniegan de su fe son aplastados por otros pueblos que sí la tienen. No se pueden hacer sociedades sin religión o con sucedáneos religiosos”. Prada añadió que “la única nación europea que lucha por recuperar su espiritualidad y los valores de la fe en la tradición es Rusia. La razón por la que molesta Rusia es algo religioso”.
En su libro no sólo se hace un repaso del suceso histórico de ese grupo de soldados que defendió el último bastión español en Filipinas, sino que también se cuentan historias personales de los protagonistas que vivían en un territorio “que no era una colonia como para otras potencias. Los indios eran súbditos españoles. Para mí la historia del mestizaje en ultramar es hechizante”. Prada señaló además que la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas marca profundamente al país y al ciudadano español en sentido negativo porque es un pueblo que siente “el fracaso, el atraso y se siente inferior al resto de Europa. De ese hecho hacemos nuestra propia leyenda negra. No existe otro pueblo que haya aceptado toda la propaganda negativa sobre él mismo como el español”.
Cabe recordar que este acontecimiento da origen a una generación de escritores que sufre por España y trata de denunciar la situación que vive con sus escritos, ya sea con la maestría de Valle-Inclán con sus esperpentos o con la pluma de Azorín en los periódicos. Prada se identifica con pequeñas cosas de algunos de ellos. Muestra admiración por Maeztu, “aunque para mí el más impresionante es Unamuno porque leerlo es todo un espectáculo”. Se identifica con el estilo de Valle y no olvida a Baroja. Tendrán que leer la obra para ver qué hay de cada uno de ellos en Morir bajo tu cielo.
Noemí González
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