Decir que en muchos de los capítulos que nos han hecho disfrutar de lo lindo durante estos veinticinco años que cumple una de las series más icónicas de la televisión de todos los tiempos se rinden pequeños homenajes al mundo del cine no sería hacer justicia al tributo que, día tras día, los guionistas de Los Simpson realizan.
Porque, a fin de cuentas, Los Simpson son, en sí mismos, su propio homenaje al Cine. Los guiones tremendamente trabajados; una construcción de personajes que pueden llegar a evolucionar en un solo capítulo, para más tarde volver a roles más clásicos; la existencia de los grandes arquetipos del cine: los buenos, los malos y los archienemigos de toda la vida… por no hablar de la música, compuesta por Danny Elfman (inseparable compositor de las películas de Tim Burton) y que se ha ganado un artículo en sí misma. Todo en esta serie nos huele a cine del bueno.
Si bien es cierto que protagonizaron su propio largometraje en el año 2007, no lo es menos que no se hacía justicia a un hito y un mito de la televisión de tal calibre con un film que no dejaba de ser un episodio largo que no incidía en los puntos fuertes de una serie que lleva tantísimo tiempo triunfando y que tanto le ha regalado al mundo del cine y a los cinéfilos en particular (sobre todo a los que amamos el cine clásico, como es en esta sección).
Así pues, resumir en un pequeño artículo los homenajes que Homer J. Simpson y su peculiar familia han rendido al séptimo arte se nos antoja, más bien imposible. No obstante, y siempre dejando una gran parcela abierta para que usted mismo, querido lector, juegue a descubrir qué película se está mencionando u homenajeando en ese o aquel capítulo y así tenga una buena excusa para revisitar o disfrutar por primera vez de algunas de las obras de arte que nos han legado algunos de los más grandes genios cinematográficos del siglo XX e inicios del XXI, les proponemos un breve repaso a algunos de los más conocidos que nos han regalado.
El gran protagonista: Homer J. Simpson. Homer, el cabeza de familia, se ha transformado por méritos propios en la gran estrella de la serie. A pesar de tener durante los primeros capítulos un papel secundario, fue poco a poco evolucionando hasta convertirse en, posiblemente, el personaje más icónico de la televisión de la década de los noventa. Esto no ha pasado inadvertido para unos guionistas que tienen en él a su gran tótem, de ahí que sea él el protagonista de algunas de las parodias y homenajes más conocidos de la serie al mundo del cine. Cómo olvidar a Homer viendo por ordenador a un Bart emancipado a través de una webcam, mientras toma un whisky y se lamenta porque de todas las webs del mundo, él ha tenido que visitar esa… a lo Rick (Humprey Bogart) tomando una bebida similar a la que el antihéroe por excelencia no dejaba de ingerir en Casablanca (Michael Curtiz, 1942) cuando lamenta que Ilsa haya tenido que llegar a su ciudad y a su vida de nuevo. Otra de mis escenas favoritas con Homer como protagonista es el capítulo espectacular en el cual decide no ir a la iglesia los domingos, para alabar y adorar a Dios a su manera, y se nos marca un baile a lo RiskyBussines (Paul Brikman, 1983) que ya hubiera querido el mismísimo Tom Cruise. Y es que Homer, a lo largo de veinticinco años, ha tenido tiempo de desconectar a una suerte de Hall 9000 al más puro estilo 2001: una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), mientras se cruzaba con una de las grandes estrellas del cine español, cuando se muda hasta WeverlyHills, el mejor barrio de Springfield para que sus hijos acudan a un extraordinario colegio, y recibe la visita de un inspector de escolarización con la cara y la voz de Javier Bardem y la manía de sellar el ticket del aparcamiento con una pistola de aire comprimido, al mismísimo estilo de AntonChigurh, el psicópata de No country foroldmen (Ethan y Joel Cohen, 2007).
Marge Simpson o el ama de casa insatisfecha: Marge, la eterna enamorada y abnegada esposa de Homer también ha hecho sus pinitos en el mundo del cine, como nos lo demuestra la escena en la que, mientras viaja en coche hacia el funeral de una anciana tía, le invaden recuerdos de niñez que son más que parecidos a los que tenía Nick Nolte en El príncipe de las mareas (BarbraStreisand, 1991); e incluso ha sufrido, tras una acusación de robo de una botella de whisky en El badulaque, el estrecho marcaje de su vecina Maude Flanders, que llegó incluso a espiarla como el mismísimo Norman Bates en su motel en la obra maestra Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960).
El niño con problemas: Bart. Un personaje como Bart, que comenzó siendo el protagonista indiscutible de los gags estrella de la serie también ha protagonizado algunas escenas memorables relativas al cine. Su tendencia a meterse en problemas lo han retratado alguna vez como el archienemigo de James Bond, Ernst StavroBlofel, acariciando a su gato. A pesar de ser un personaje que no cuenta con mi especial simpatía, sí debemos ser justos y recordar, por ejemplo, el beso que recibe de Nikki, una chica que se escapa con él del reformatorio al que ha sido enviado por una de sus “bromas” más pesadas, y que le hace revivir las escenas de besos más famosos de la historia del cine, mientras suena una hermosa melodía; a los que hayan visto el final de Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988) cuando el niño protagonista, Toto, ve el montaje que había preparado su amigo Alfredo, con los besos más conocidos que se había visto obligado a suprimir de las proyecciones, verán un parecido más que razonable. De especial cariño es para mí el inicio de un episodio de la temporada 3 (El amigo de Bart se enamora) en la que se hace un estupendo homenaje al principio de una de mis películas favoritas: Indiana Jones en busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981).
La niña repelente, Lisa: Lisa es la némesis de Homer: culta, intelectual, y un tanto neurótica; se encuentra en las antípodas de su padre y muy cercana a su madre. No es un personaje especialmente gracioso o que caiga simpático por sus diálogos; sin embargo se convierten en descacharrantes para el que escribe cuando su interlocutor es su padre, porque es como mezclar agua y aceite, y porque los silencios y las muecas de Lisa dicen más de lo que parecen. Ella, que protagoniza un episodio musical al más puro estilo Eva Perón en Evita (Alan Parker, 1996) tiene que usar aparato dental y Homer no tiene seguro médico en la temporada 4, así que el dentista tendrá que ponerle el más económico de todos, y pedirá, tras el fin de la intervención, un espejo como el mismísimo Joker (Jack Nicholson) en Batman (Tim Burton, 1989). Incluso arriesgará su vida en el Campamento Krusty donde son obligados a trabajar a ritmo de galeras como Charlton Heston en Ben Hur (William Wyler, 1959) y tendrá que ponerse en la piel de una estrella como MerylStreep en La mujer del teniente francés (KarelReisz, 1981) para entregar una carta que cuente toda la verdad sobre el campamento.
Maggie, una benjamina de armas tomar: si nos atenemos a cine, puramente hablando, Maggie protagoniza algunas de las escenas más divertidas y más conocidas de la serie. No puedo negar, además, que me tocan la fibra sensible, ya que algunas de ellas son con películas del gran maestro Hitchcock como protagonistas. Me detendré en dos ellas: Maggie, en el episodio Un tranvía llamado Marge, de la temporada 4, es enviada a una guardería para que su madre pueda ensayar la conocida obra de teatro Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams; tras ser encerrada y castigada al más puro estilo Steve McQueen en La gran evasión (John Sturges, 1963), prepara una huída y una devolución de chupetes a sus legítimos dueños que provocará que todos los bebés de la guardería tomen posesión de la misma cual pájaros en la obra homónima de Hitchcock de 1963. Y, precisamente hablando del genial director, uno de mis homenajes favoritos es protagonizado otra vez por Maggie, y otra vez con Psicosis como película elegida, en el episodio Rasca, Pica y Marge, de la temporada 2, cuando Homer sea atacado por su propia hija y caiga al más puro estilo Janet Leigh en la ducha del Motel Bates.
Grandes secundarios para grandes películas: uno de los grandes logros de una serie tan longeva como Los Simpson es que mantiene en nómina a una larga lista de personajes secundarios (“actores de reparto”, como nos gusta llamarlos en esta sección) que enriquecen muchísimo los episodios, manteniendo tramas menos importantes que la principal, pero que la sostienen y dan dinamismo a esos veinte minutos de gran televisión que es sentarse a disfrutar de un episodio de la serie creada por MattGroening. Y, como estrellas que son, los homenajes al cine también los protagonizan de vez en cuando estos vecinos de nuestra familia televisiva favorita. Cómo no mencionar a Smithers, que sueña siempre con su jefe, Montgomery Burns, y que se pone en la piel de un galán como Paul Newman en el drama La gata sobre el tejado de zinc (Richard Brooks, 1958). O al tabernero más penoso de la ciudad, Moe Szyslak, que fue descubierto por una cámara oculta puesta por el Sr. Burns imitando a TravisBickle, el protagonista de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) en su famosa escena de: “¿estás hablando conmigo?”. Aunque, si me tengo que quedar con algunas de las escenas protagonizadas por estos secundarios, me quedo con tres fundamentales:
-Uno de los mini episodios de Halloween (La casa árbol del terror IV) llamado Bart´s Simpson Dracula que es un extraordinario homenaje a las películas de vampiros como Drácula (F. F. Coppola, 1992) y El misterio de Salem´s Lot (Tobe Hooper, 1979). (Estos episodios especiales de Halloween suelen estar inspirados en grandes películas).
-El espectacular episodio titulado Sólo se muda dos veces (temporada 8) en el que Homer es contratado por un empresario llamado Hank Scorpio que se descubre como un megalómano que quiere acabar con el mundo, y que rinde homenaje a todas las películas de James Bond (como anécdota curiosa recuerden que James Bond es capturado por Homer y muere a manos del villano).
-Y, uno de los episodios más redondos que se han escrito, y protagonizado por el villano más terrible de Springfield, y al que algún que otro seguidor que esté leyendo este artículo habrá echado de menos: el actor secundario Bob, que en el episodio El cabo del miedo (quinta temporada) emula a la genial película protagonizada por Robert DeNiro y dirigida por Scorsese en 1991.
Podríamos seguir escribiendo páginas y páginas sobre esta peculiar familia y sus menciones y homenajes al mundo del cine; en el tintero nos quedan sus homenajes a clásicos eternos como Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) o Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959) entre otros; y a films que son una realidad consolidada, como Réquiem por un sueño (DarrenAronofsky, 2000) o El Señor de los Anillos: las dos torres (Peter Jackson, 2002).
Sea como fuere, disfrutar de un episodio de Los Simpson es abrir una ventana al mundo de la literatura, del arte, y cómo no, del cine que desde nuestra Revista Distopíano podíamos dejar pasar. Feliz 25 aniversario a la familia más cinematográfica de la televisión;y felicidades a los que disfrutamos y no nos cansamos, día tras día, de sus peripecias, porque sabemos que en Los Simpson, como en las grandes obras de arte o en las películas que lo dejan a uno sin aliento, siempre hay algún detalle nuevo que descubrir. Estamos de enhorabuena. Felicidades.
Carlos Corredera (@carloscr82)
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