El sufrimiento no entiende de colores ni de banderas. Ténganlo en cuenta a la hora de lanzar sus invectivas contra unos y otros. Tanto secuestrar a un par de muchachos que hacían autoestop como bombardear un barrio porque, a fin de cuentas, quienes acaban sufriendo este tipo de situaciones es la población civil. Sobre todo cuando no se está en una guerra ad hoc dado que uno de los rivales por no tener no tiene ni país propio.
Piensen en el detonante actual: dos chicos israelíes son secuestrados y torturados. No por Hamas (aunque se ha pretendido que así sea por algunos medios), ni por los servicios secretos de un país. Son salvajemente asesinados por otros chicos a los cuales se les ha inculcado el odio al otro. Del mismo modo que los israelíes llevan décadas insuflando el odio y el maltrato civil al palestino. Es la consecuencia de la política maniquea que acaba degenerando en una situación sin control.
De hecho, ni siquiera para Israel es fácil la situación. Acabar por completo con Hamas podría provocar que otros grupos mucho más radicales se adueñaran de Gaza y acabaran por convertir el conflicto en un verdadero infierno. No hay que olvidar que Hamas es mucho más que una organización, es un verdadero sistema paraestatal, jerarquizado y clientelar, que mantiene tanto el orden como la organización del territorio. No es Al Fatah, es mucho más que eso. Acabar con ellos podría tener el mismo resultado que golpear un avispero hasta destrozarlo. Una consecuencia inmediata podría ser la entrada en Gaza del autoproclamado Estado Islámico que lleva controlando parte de Iraq y Siria desde hace meses.
Este punto es el que conecta el conflicto con elementos de la geoestrategia local e internacional que se han venido desarrollando en las últimas décadas. Los misiles que lanzan las milicias armadas de Hamas, las Brigadas Al Qassam, alcanzan por primera vez regiones del norte de Israel. Se trata de misiles de fabricación iraní. La posición de Irán no es tanto la de hostigar a los israelíes sino como la de mantener su posición de alianza e influencia chií en la región. Es decir, debe contextualizarse el conflicto dentro de las guerras de religión que vienen desarrollándose en el mundo islámico y que están en la raíz de todos estos estallidos que van surgiendo por doquier.
Para comprender el origen de estas guerras de religión internas en el Islam es necesario retroceder al momento en el que muere Mahoma. Tras la Batalla ded Siffin (657), surgieron las tres grandes confesiones: chiíes, suníes y jariyíes. Tras la Batalla de Kerbala (670), las diferencias entre los dos primeros se hicieron poco menos que insalvables durante siglos. Con el tiempo esto derivó también en diferencias doctrinales (clero, veneración de santos, regreso del imán oculto, etc.). En la actualidad, la inmensa mayoría de los musulmanes son suníes (90-70%) mientras que apenas un 10-20% son chiís.
El cambio esencial en el mapa geoestratégico musulmán se produjo cuando Jomeini accedió al poder en Irán, ya que, por primera vez, apareció un Estado Chií con una potencialidad económica extraordinaria. Rápidamente extendió su influencia mediante acuerdos comerciales y políticos a países afines como Siria (gobernada por una minoría chií alauí), fomentó la aparición de Hezbollah en Líbano y ha estado presente en las reivindicaciones chiíes en Iraq tras la caída de Saddam Hussein. Así, con el tiempo Irán y los chiíes han conseguido asentarse como poderes en Oriente Medio, alentando incluso a organizaciones como Hamás.
La prueba de que el conflicto que acontece en esa parte del mundo nada tiene que ver con ningún choque de civilizaciones como preconizó Huntington es Armenia. País de cultura cristiana, su mejor aliado en la zona es precisamente Irán, tanto a nivel económico como incluso geoestratégico ya que comparten un enemigo común: Azerbaiyán, de mayoría suní.
El otro actor principal en esta contienda es Arabia Saudí. Como es sabido, la posición de los países de la Liga Árabe (en casi totalidad monarquías feudales que giran en torno al petróleo) respecto al conflicto palestino siempre ha sido de no enemistarse mucho con EEUU y mantener el ceño fruncido frente a Israel. No hay que olvidar que Arabia Saudí participa del wahabismo, predicado por Ibn Abdu-I-Wahhab, una interpretación mucho más literal y estricta del Corán. Wahhab se alió con Ibn Saoud, fundador de la dinastía saudí, generando así un Estado Wahhabista. En este sentido, uno de los países con mayor riqueza e influencia del Islam se encuentra íntimamente ligado a una corriente que eleva el terrorismo a causa de fe y fomenta la radicalización suní.
No se trata de interpretaciones, sino de datos. Arabia Saudí es un posibilitador de terrorismo internacional, y ha llegado a costear desde células terroristas en Argelia a competir con Irán en la financiación de Hamás, e incluso participar inundando de dinero a los musulmanes que luchaban en Bosnia durante la Guerra de los Balcanes. Un informe de Naciones Unidas en 2002 desveló que Al Qaeda había recibido casi 500 millones de dólares procedentes de manos saudíes.
Es aquí cuando entra en escena Sayyid Qutb. Para este pensador islámico, cuya obra se publicó en 1964, el Islam debe despertar de la jahiliyyah (ignorancia) respecto a aquello que no sea estrictamente las enseñanzas de Allah. Su esencia es de naturaleza fundamentalista, pero sobre todo genera un modelo social y religioso maniqueo en el cual existen unos musulmanes “puros” frente a otros que lo son de forma tibia. Para Qutb, la lucha contra la jahiliyyah parte de una vanguardia religiosa que predique y erradique a los musulmanes jahilíes que fomenten dicha ignorancia o “impureza”. Entre los seguidores de Qutb, Ayman Zawahiri, Osama bin Laden, Abu Musab Al Zarqaui y Abu Bakr al-Baghdadi (autoproclamado califa de todos los musulmanes). No sé si les van sonando los nombres.
Es evidente por ello que, el primer interesado en andar con pies de plomo en este asunto es EEUU, e incluso Irán, lo que ha fomentado el acercamiento entre ambos. Cuando en 2006 Al Qaeda comenzó a matar civiles de forma descontrolada, Al Zarqaui se encontraba al frente de la organización en el territorio, centrándose sobre todo en las matanzas de chiíes. Uno de los ejemplos más catastróficos se produjo en el bombardeo de la Mezquita de Al-Askariya en Samarra. Al mismo tiempo que los estadounidenses ayudaban a solucionar el problema de esta guerra de religión en Iraq matando a Al Zarqaui, generaban otro al retirarse y llevarse con ellos toda la información que sus servicios de inteligencia habían recabado.
El débil estado iraquí no podía hacer frente al resurgimiento de la organización, en parte también por el alto nivel de corrupción inherente a un protoestado. Además, la progresiva caída de otros líderes laicos en lo que se vino en llamar la “Primavera Árabe”, propició el auge de organizaciones islamistas de corte suní por el Magreb y Oriente Próximo. Fue en el propio Iraq donde surgió el Estado Islámico que ahora ha añadido “de Siria” a sus siglas confirmando su interés en el derrocamiento de Al Assad. Como puede verse, la realpolitik es como es, y Occidente, especialmente Europa, se debate entre una absurda moral de no saber qué hacer: apoyar a Al Assad o apoyar a grupos radicales suníes. A ello se une que Abu Bakr al Baghdadi encontró en la dura represión de la minoría chií iraquí sobre los políticos de origen suní una excusa para reconstruir y difundir la organización terrorista. Con el ISIS busca consolidar el autoproclamado Califato Islámico por toda la región, amparado en el pensamiento de Qutb. Aunque, en algunos aspectos, parece que hubiera seguido más bien a Lutero. Por un lado, aplica de forma estricta la Sharia hasta límites que hacen palidecer el rigorismo talibán. Por otro, busca en la extorsión y la instauración de redes mafiosas y clientelares la forma de generar fuentes de financiación. El problema para la geoestrategia mundial es que el ISIS de Al Baghdadi se ha hecho con Mosul y sus reservas financieras.
¿Aún dudan de que se trata de una guerra de religión interna del mundo musulmán? Observen la imagen de cómo unos musulmanes suníes vuelan por los aires una mezquita chií en la recién tomada Mosul. ¿Qué ofrecen a cambio? Constituirse como una organización Proto-Estatal que proporciona cobertura social, alimentaria, energética, etc., a todos aquellos que se adhieran a su “programa ideológico”.
Fuente: The Huffington Post UK
Como vimos antes, el punto de inflexión de todo esto es Siria. Fíjense, hemos visto que Al Assad, apoyado por el chiismo, se encuentra enfrentado a Arabia Saudí, Qatar y Turquía. El problema principal lo tiene en casa por la mayor parte de la población siria es suní, lo que ha motivado que en este teatro de guerra las representaciones principales tengan que ver con una alianza entre sectores chiíes, cristianos y drusos frente a los suníes que se han visto marginados del poder durante décadas. Huntington debe estar revolviéndose en su escritorio.
¿Recuerdan uno de los principales aliados de Siria? Rusia, en efecto, que cuenta con más de 15 millones de musulmanes en su territorio, en su inmensa mayoría suníes. De ahí su interés en evitar el auge de estados suníes en un área de influencia en el que ya encuentra problemas en lugares como Chechenia.
A Short Guide to the Middle East.
Sir, Iran is backing Assad. Gulf states are against Assad!
Assad is against Muslim Brotherhood. Muslim Brotherhood and Obama are against General Sisi.
But Gulf states are pro Sisi! Which means they are against Muslim Brotherhood!Iran is pro Hamas, but Hamas is backing Muslim Brotherhood!
Obama is backing Muslim Brotherhood, yet Hamas is against the US!Gulf states are pro US. But Turkey is with Gulf states against Assad; yet Turkey is pro Muslim Brotherhood against General Sisi. And General Sisi is being backed by the Gulf states!
Welcome to the Middle East and have a nice day.
Guía breve del Oriente Medio.
Señor:
Irán apoya a Assad. ¡Los estados del Golfo están contra Assad!
Assad está contra los Hermanos Musulmanes. Los Hermanos Musulmanes y Obama están contra el general Sisi [de Egipto]. Pero los estados del Golfo son pro Sisi. Lo que significa que están contra los Hermanos Musulmanes.Irán es pro Hamás, pero Hamás apoya a los Hermanos Musulmanes.
Obama respalda a los Hermanos Musulmanes, mientras Hamás está contra EE. UU.Los estados del Golfo son pro EE. UU. Pero Turquía está con los estados del Golfo contra Assad; mientras Turquía es pro Hermanos Musulmanes y está contra el general Sisi. Y el general Sisi está siendo respaldado por los estados del Golfo.
Bienvenido al Oriente Medio y que tenga un buen día.
Carta del lector londinense KN Al- Sabath, 26 de agosto de 2013, publicada en Financial Times.
Una suerte de batalla final por la hegemonía dentro del Islam está teniendo lugar en la misma cara de Israel y Palestina. Mientras que estos últimos son ya títeres de sus propios “hermanos” de religión que los aprovechan según sus intereses, los israelíes no saben muy bien cómo posicionarse ya que, en términos reales, lo que más les convendría sería en realidad una alianza precisamente con Palestina para ayudarse mutuamente frente a este escenario general.
Buena muestra de ello son las acciones de Al Baghdadi respecto al avispero palestino: mientras que en Siria ha impuesto obediencia al grupo insurgente de Al-Nusra e(también vinculado a Al-Qaeda) e incluso lucha contra éste por absorberle, en Palestina espera la caída de Hamás para controlar varias zonas del territorio. El objetivo de ISIS puede ser, de hecho, su mayor debilidad. Por el momento es una organización suní que reclama apoyo allí donde conquista territorios utilizando el odio contra los chiíes. Pero, al mismo tiempo, esta rápida expansión está generando recelos entre los propios estados suníes de la zona.
Es evidente que el conflicto tiene otros escenarios no menos interesantes y vinculados entre sí. Como citamos antes, la Primavera Árabe ha servido para que surjan con fuerza movimientos de carácter islamista en aquellos países donde ha triunfado. Tan solo en Egipto el general Al Sisi ha protagonizado un golpe de estado para cortar de raíz el ascenso de los Hermanos Musulmanes. Esto ha motivado que la Turquía de Erdogan no reconozca al régimen egipcio dado que, precisamente, el interés del Primer Ministro turco es proclamar una República Islámica.
En definitiva, el estallido que actualmente vive Israel-Palestina tiene un contexto tan amplio ya que sobrepasa ampliamente la simpleza de una guerra territorial o un simple choque de civilizaciones. La amplitud y complejidad de los elementos implicados es tal que no debe extrañar que los propios israelíes anden más preocupados por enseñar músculo que por aplicar una defensa más minuciosa. Aunque eso, por desgracia, se plasme en la muerte de miles de personas.
Aarón Reyes (@tyndaro)
BIBLIOGRAFÍA
José Lorenzo-Penalva Lucas, “El Islam fragmentado: fanatismo, poder y religión”, Boletín del IEEE, 64/2014.
Paul Vale, «ISIS Blow Up ‘Heretical’ Shia Mosques In Mosul”, The Huffington Post UK, 07/07/14.
Lluís Miquel Hurtado, “El ISIS anuncia su califato de terror”, El Mundo, 29/06/14
“ISIS leader calls on ‘every Muslim’ to go to the territory his group has seized to build an ‘Islamic state’”, Daily Mail, 1/07/2014.
Elijah J. Magnier, “Where Will ISIS Go Next?”, Moon Of Alabama, 27/06/14.
Tim Lister, “ISIS: ¿el primer grupo terrorista que construirá un estado islámico?”, CNN, 15/06/14.
“Guerras de Religión en el mundo musulmán actual”, Foro Economía de Prestigio vs Economía de Mercado
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