El pasado domingo, el programa «Salvados» de Jordi Évole emitió una nueva edición dedicada a las violencias machistas y titulada “Machismo Mata”. Durante su emisión se pudieron esbozar varias ideas fundamentales para comprender el carácter estructural de la violencia de género, pero también pudimos observar muchas limitaciones sobre las respuestas feministas a una lacra social que el pasado año 2015 se saldó con más de 100 feminicidios 1.
Allá van algunas reflexiones sobre temas que se tocaron y otros que faltaron en el programa.
Límites y deficiencias de las vías judiciales
El programa comenzó con unas cifras escalofriantes del Estado Español:
-Cada día los tribunales de Justicia reciben 355 denuncias por violencia de género.
-Una de cada cuatro mujeres continúa con la relación a pesar de haber denunciado.
-Cada día se dictaminan 64 órdenes de alejamiento.
-El 82% de las asesinadas en 2015 en violencia de género no había denunciado.
-Entre el 50 y el 60% de las denuncias acaban siendo condenas firmes.
La primera conclusión a la que podemos llegar es que estas cifras muestran el total fracaso de las vías institucionales y judiciales para luchar contra la violencia de género. Además, no sólo no se priorizan los gastos presupuestarios para luchar contra los asesinatos de mujeres, sino que el Partido Popular recortó de 2011 a 2015 un 21,85% los presupuestos para prevenir la violencia machista. Estas cifras no las arregla una ley que cada día se muestra más insuficiente y carente de objetivos.
Denuncias falsas y otras formas de neomachismo
El neomachismo cada día está más presente en los intentos de criminalizar la lucha feminista o deslegitimar las denuncias de las mujeres maltratadas. La jueza Francisca Verdejo comentaba a Évole lo que los datos objetivos muestran: sólo el 1,7% de todas las denuncias tramitadas son falsas. Francisca confesaba haber tenido solo dos experiencias en los últimos 10 años y atiende una media de 8 a 10 casos diarios. Parece ser que nunca la excepción fue tan importante para el conjunto de la sociedad. Mientras algunos siguen empeñados en hablar de los famosos maltratados y asesinados por mujeres, las cifras de hombres asesinados por hombres crecen cada día. Quizá es hora de cambiar la óptica.
Violencias machistas
Otra de las cuestiones interesantes que puso en la mesa el programa de Salvados fue la de las diferentes formas de violencia hacia la mujer. Decía Marina, una superviviente de esta violencia que ahora da charlas en institutos, que «las hostias a los 10 minutos dejan de doler. Pero la dignidad es lo que más duele, que te escupan en la cara y te llamen tonta e inútil no lo olvidas nunca. Ese dolor deja secuelas a lo largo de tu vida».
La violencia machista no son solo los asesinatos ni las agresiones sexuales. Desgraciadamente la audiencia que vio el programa de Salvados se quedó con, como bien ha expresado la articulista Barbijaputa en eldiario.es, la eterna punta del iceberg. La baja autoestima, el control y la dependencia económica y emocional, el piropo callejero, los celos tóxicos propios del amor romántico patriarcal… En el momento en el que te pones las gafas violeta comienzas a ver que el patriarcado está instalado en la cotidianeidad y que a menudo se muestra con micromachismos totalmente legitimados por la sociedad.
Educación
En el programa Jordi Évole aterriza en un instituto de la mano de Marina para observar alguna de las dinámicas que se realizan con jóvenes adolescentes para que entiendan lo que abarca en la actualidad la violencia de género. Se pudo comprobar a la perfección durante la emisión cómo los roles de género vienen impuestos desde pequeños: los chicos decían desear a una mujer activa sexualmente -pero por supuesto, sólo con ellos-, simpática, con un cuerpo diez… En contraposición, las chicas buscaban a un hombre protector y cariñoso.
Esta visita puso de relevancia una de las tareas más importantes a desarrollar: para erradicar el terrorismo machista, debemos incidir en la educación y en los centros públicos. Desde pequeños y pequeñas, articulando redes feministas en los colegios que hagan sembrar una conciencia contra las agresiones y un empoderamiento en las adolescentes.
Los maltratadores no son enfermos mentales
Otra de las tendencias sociales que venimos viendo es la de “patologizar” a los maltratadores. Los hombres que agreden física, sexual, económica o psicológicamente a sus parejas o a cualquier mujer, no son enfermos. Son hijos sanos del patriarcado.
Jordi Évole preguntó en un momento del programa al psicólogo Jorge Freudenthal, dinamizador de terapias con maltratadores, si estos se curaban. Jorge respondió de forma contundente: «No, no están enfermos. Es una ideología y una forma de pensar sustentada por un sistema patriarcal que permite el dominio del hombre sobre la mujer. Si lo entendemos como una enfermedad, nos centramos en el individuo y no en los cambios sociales que han de hacerse».
En un momento de la entrevista con un maltratador, este reconocía el carácter cultural de su comportamiento hacia las mujeres:
-¿Te consideras machista?
-Sí, es difícil desprenderse de un comportamiento que has mamado desde pequeño.
El machismo no es un problema mental, es un problema político e ideológico. Por lo tanto, debemos emprender medidas políticas para luchar contra el mismo porque sí que tiene cura: el feminismo.
Soluciones feministas y otros «peros» al programa de Évole
Una de las cuestiones que eché de menos en el programa fue la de recalcar que la violencia de género no pertenece al ámbito privado ni se produce solo en la pareja. Históricamente nos han querido vender -es muy importante resaltar la intencionalidad- que la violencia de género es un conflicto perteneciente al ámbito privado y se da entre parejas y matrimonios. Parece ser que los casos de agresiones machistas a mujeres se producen y reproducen en los hogares y no en los espacios públicos. Si no entendemos que la violencia hacia las mujeres es un problema público fruto de un aprendizaje social, no podemos politizar el conflicto y ser partícipes colectivamente de su solución.
El patriarcado es un sistema socioeconómico que se extiende y se reproduce en todos los campos posibles de la vida pública. El asesinato o la agresión física son sólo la punta de un iceberg que oprime a más de la mitad de la población. Las mujeres seguimos cobrando un 24% menos 2, ocupamos una ínfima parte de los puestos de poder de la sociedad, sufrimos una constante sexualización y cosificación en los medios de comunicación, se nos impide decidir en nuestros cuerpos y vidas… Si la sociedad piensa que no es responsable de lo que le pase a las mujeres, no podemos actuar ni ayudar a las maltratadas.
El carnaval gaditano, altavoz popular de reivindicaciones sociales, este año supo reflejar de forma magistral esta cuestión con un pasodoble de Martínez Ares, que decía:
Son cosas de pareja. No me puedo meter.
Las tres de la mañana. Ya está, se han callao.
Abra, la policía, su vecina María,
la han matao, buenos días.
¡No sé si usted se ha enterao!
Hoy es más necesario que nunca entender esta cuestión vital. Si la sociedad no actúa exigiendo responsabilidades políticas a las instituciones o involucrándose activamente en la lucha para erradicar esta violencia cada día despertaremos con más mujeres asesinadas.
Por último, la carencia más importante del programa fue la falta de respuestas feministas. Parece increíble pensar que en un espacio dedicado íntegramente al machismo durante una hora no se pronuncie la palabra feminismo. En estos tiempos en los que, como hemos visto, se criminaliza constantemente al movimiento feminista, es más importante si cabe poner sobre el debate público la necesidad de auto reivindicarse feminista.
Las grandes conquistas sociales que han logrado las mujeres no se han conseguido mediante las instituciones, se han peleado en las calles gracias a este movimiento. Por ello, el programa era una oportunidad de oro para hablar sobre la importancia de la lucha social, la auto-organización y la autonomía de los movimientos feministas.
El programa de Salvados era muy necesario porque ha levantado un debate social importante sobre las violencias machistas. Sin embargo, si queremos encontrar la respuesta al cómo luchar contra ese machismo que mata mediante el asesinato, la violación, la feminización de la pobreza, la brecha salarial, la maternidad impuesta y otras muchas cosas más, debemos echar una mirada hacia el feminismo.
Porque el machismo mata, pero el feminismo da vida.
Belén Martínez (@BelenLynx)
1.http://www.feminicidio.net/articulo/listado-de-feminicidios-y-otros-asesinatos-de-mujeres-cometidos-por-hombres-en-espa%C3%B1a-2015
2.http://www.huffingtonpost.es/2015/02/16/brecha-salarial-espana_n_6691294.html
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