El Festival de Jerez bajará el telón el próximo 8 de marzo. De nuevo el baile con mayúsculas, los cursillos y el buen cante se han convertido en los protagonistas en estas dos semanas
El Festival de Jerez está a punto de dejar caer el telón. Hasta el 8 de marzo tienen aún la oportunidad de disfrutar de algunos de los eventos programados ya sean en las peñas flamencas, en las dependencias del Consejo Regulador o en las tablas del teatro Villamarta, el coso jerezano en el que en los últimos días se ha convertido en la catedral del baile en esta ciudad.
Pero, ¿qué es el Festival de Jerez? Pues una cita con el flamenco en mayúsculas, en especial con el baile, que traspasa fronteras. No exagero nada. El que no ha venido a la ciudad en estos días no sabrá que en cualquiera de los rincones del centro no hay otra cosa que pañuelos de lunares en las tiendas, escaparates con guitarras, peinetas, pendientes de flamenco, mantoncillos y zapatos con los que dar forma a las bulerías, las alegrías, la zambra o cualquiera de esos bailes de renombre que tratan de aprender los cursillistas en los ‘talleres’ que se han montado a lo largo de estos días.
Son ya muchos años los que lleva de andadura esta cita que ha tenido momentos difíciles y que los ha superado pese a la escasez inicial de subvenciones, de impulsos, de cambios de partidos políticos y de recortes. Pese a todo a seguido adelante y en esta edición ha cumplido la friolera de dieciocho años. Parece que fue ayer, sí, pero ahora alemanes, japoneses, suizos, norteamericanos, italianos y cientos más de aficionados al flamenco no se pierden este evento cuando se encara la última mitad de febrero. La mayoría de edad del Festival llegó hace ya tiempo, cuando consolidó su programación y tuvo que abrir otras citas para que el flamenco tomara las calles mañana, tarde y noche. Mañanas de cursillo, mediodías de charlas en el Consejo o de una exposición la mar de original en el González Byass, por ejemplo, con una Barbie que se viste junto a Ken y un puñado de Action Man con sus mejores galas de faralaes por iniciativa de Tent-ación, empresa formada por Alberto Martín y Lázaro Vera.
No quiero pasar por alto algunos talleres en los que los niños son protagonistas, algo que se desarrolla por la mañana con horario escolar por una razón: hay que tener cantera y no hay mejor manera que formar al futuro flamencólogo que darle a conocer temprano lo que luego se puede convertir en una de sus grandes aficiones.
Quiero destacar algunos de los espectáculos que aún están por venir, pero estén atentos y dense prisa para no perdérselos. El miércoles 5 de marzo es el turno de Carmen Herrera en la sala Compañía. Será a las 21 horas. No se la pierdan porque esta joven seguro que les sorprende con su manera de entender el baile. Un baile que tiene por referentes a jerezanas como Mercedes Ruiz y su bata de cola y la soleá por bulerías que ha aprendido de su maestra Ana María López. Aire fresco de La Plazuela. Casi ná.
El coso del Villamarta también tiene un fin de fiesta que cerrará con sabor a casa, de hecho, es Joaquín Grilo el encargado de poner el broche a esta cita flamenca en la que siempre hay una peña de guardia en la que escuchar unos cantecitos o marcarse una pataíta, momentos únicos donde los haya. Lo dicho, Grilo cerrará a las nueve de la noche esta edición con Cositas mías, un espectáculo en el que figuran como artistas invitados Remedios Amaya, al cante, y Dorantes en la música. Grilo seguro que pone su esencia para echar el cierre a esta cita en la que de nuevo el baile flamenco ha sido el protagonista, sin olvidar a sus hermanos el cante y la guitarra. Vivan el final de fiesta, seguro que para otro año, repiten.
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