Ayer se presentó en la Fundación Cruzcampo el libro La Saga de los Santizo (Jirones de Azul, 2014), un largo recorrido sobre la historia de una familia que lleva alumbrando pasos durante cuatro generaciones. Escrito por Miguel Ángel Santizo Rodríguez, la obra profundiza en un aspecto hasta ahora desconocido del universo que forma la Semana Santa de Sevilla.

 

Mucho ha llovido ya desde que Carlo Ginzburg convirtiera a un pobre campesino en centro del cosmos historiográfico. Pero pese al tiempo pasado desde la publicación de El queso y los gusanos, la micro-historia sigue estando de moda. Hasta en la Semana Santa. Ha llegado la Cuaresma y los escaparates de las librerías se han llenado de títulos cofradieros, muchos de ellos relacionados con la historia de una hermandad, las vivencias de un colectivo concreto (capataces y costaleros son los más solicitados) o incluso con la biografía de secundarios con nombres y apellidos. Casi cualquier aspecto que pueda imaginar está a su disposición.

Lo crea o no, los libros de Semana Santa en Sevilla se venden (dentro de lo que permite la crisis). Es más, muchos sevillanos tienen extensas bibliotecas cofrades. Hay auténticos coleccionistas de obras de ese género literario tan ancho y difuso como es Sevilla y su Semana Santa. Otra cosa es que los lean. Aunque, ¿acaso no se venden en España más libros de los que se leen? Las bibliotecas están vacías y la mayoría de los españoles no lee más de tres libros al año. No le echemos la culpa ahora al mundo cofrade.

En la Fundación Cruzcampo se presentó ayer un eslabón más de esta amplia cadena que trata de desentrañar los secretos de una fiesta tan fascinante como inabarcable. La Saga de los Santizo cuenta la larga trayectoria de una estirpe que lleva cuatro generaciones dando luz a las candelerías de los pasos. El trabajo de sacristía, acolitado y encendido recogido en un vasto ejercicio de documentación donde sobresalen las imágenes y la exquisita maquetación. De remate, un prólogo del cardenal emérito de la ciudad, fray Carlos Amigo Vallejo, una de las personalidades más solicitadas en el ambiente.

La Saga de los Santizo

Pero no se equivoquen. Lo más atrayente del libro es la consciencia de tradición, que estuvo presente también en la presentación. Los Santizo son una familia dedicada (en su tiempo libre, no se olvide) a la artesanía y a la formación. Ellos se han encargado de trasmitir el oficio de padres a hijos, iniciando también a muchos acólitos en el dominio de la liturgia y el rito. La Saga de los Santizo es un homenaje al esfuerzo por mantener las costumbres y honrar a quienes nos precedieron. Porque, como se apuntó en el acto, ¿quién, si no nosotros, va a rescatar nuestra memoria?

Probablemente por ese sentido de raigambre heredada y no aprendida Miguel Ángel Santizo, autor del libro, se definió como “cronista circunstancial” de una historia de la que él mismo es parte. Él ha construido la genealogía de un oficio desagradecido que permite privilegios como acompañar al Gran Poder en su recorrido. Do ut des. Así funcionan las sociedades de prestigio. Un prestigio en este caso correspondido por un salón lleno.

La prudencia, virtud barroca donde las haya, permitió al autor defenderse de los intentos Julio Cuesta, presidente de la Fundación Cruzcampo y presentador, de desenmarañar los misterios del libro y de la propia familia. La trastienda no se muestra, disfruten de la magia del teatro. Por eso hay que quedarse, más allá de chismorreos, con un libro que trata de llenar un hueco que la Semana Santa de Sevilla tenía vacío. La ciudad, solo a veces, es agradecida con sus hijos. La Saga de los Santizo, como obra y como dinastía, son la prueba.

Francisco Huesa (@currohuesa)