Por definición un mindundi es una persona de escaso valor, una de esas que si se muriese tampoco pasaría nada. Con más pena que gloria pasa su vida a la sombra de personalidades mucho más decididas y/o atrayentes. De ellos está la historia llena, teniendo ejemplares de toda clase y condición. Unos más mindundis y otros menos, los estudiantes de historia los conocen como esas notas a pie de página que sólo los más frikis rastrean.
Apiadándonos de ellos, abrimos en esta su sección amiga una nueva serie dedicada a ellos con todo el cariño. Esperemos que la disfruten.
OSWALD MOSLEY: EL HOMBRE DETRÁS DEL BIGOTE
Miembro de la nobleza, prófugo de todos los partidos políticos británicos(es decir, dos), frustrado líder nacional, orador, conservador y progresista, inglés e irlandés, partidario furibundo de la unidad de Europa (vivir para ver), la figura de Sir Oswald Mosley es una de las más desconocidas fuera de las fronteras del Reino Unido y una de las más controvertidas dentro de las mismas.
Nacido en el seno de una familia de potentados de origen anglo-irlandés, Oswald Mosley vino al mundo en 1896, en pleno auge del Imperio Británico. Su padre, del mismo nombre, pertenecía a la categoría de los “baronets”, burgueses ricos ennoblecidos por los monarcas ingleses desde el siglo XVIII.
El niño Oswald no disfrutó mucho de la vida familiar[1], debido a que sus padres se separaron, así que, siguiendo la etiqueta victoriana, empaquetaron al niño y lo enviaron a casa de los abuelos paternos.
Atendiendo al pedigrí de sus ancestros, fue educado en colegios privados, hasta ingresar en la prestigiosa academia militar de Sandhurst, donde estudiaban y estudian los nobles de más rancio abolengo de Europa. De allí fue expulsado por mala conducta al verse envuelto en varias peleas entre estudiantes.
Pimpollo de 18 años, el estallido de la Gran Guerra motivó su alistamiento en el 16 Regimiento de Lanceros y posteriormente en el Real Cuerpo Aéreo.
Sirviendo en éste último sufrió un accidente que le produjo una cojera permanente, por lo cual fue destinado a labores de oficina durante el resto de la guerra, que acabó con el grado de teniente, debido ,probablemente, a su origen social[2].
UNA VIDA TÍPICA
Una vez llegada la paz, el bueno de Oswald, sin carrera universitaria e impedido por su estatus para trabajar en cualquier oficio, decidió dedicarse a la política (como tantos otros ociosos).
Su origen social y servicio militar le hicieron pieza apetecible para los dos partidos que se turnaban en el gobierno británico, el Conservador y el Laborista.
Enrolado en el primero de ellos, su vida se transformó en la típica de los integrantes de la clase acomodada que participaban en política: del Parlamento al club y del club al Parlamento.
Fruto de su promoción social sería su matrimonio con una de las hijas de lord Curzon, antiguo Virrey de la India y ministro de Asuntos Exteriores (1918-24) en 1920. Al decir de las crónicas sociales de la época fue la “Boda del Año”, entre uno de los más prometedores parlamentarios conservadores y la hija de un ministro de la Corona.
No obstante el viejo virrey siempre sospechó que Mosley pretendía ganarse una posición sólida en el Partido Conservador mediante el matrimonio con su hija Cynthia.
Sin embargo la cosa comenzó a torcerse: a sus affaires con su cuñada y su suegra hay que añadir su renuncia a su escaño conservador por desavenencias políticas con el gobierno de su partido. Crítico con la política de mano dura que el gobierno empleaba frente al IRA[3], pasó al grupo independiente durante dos años, antes de integrarse al Partido Laborista en 1924.
Próximo al líder del partido, Ramsay McDonald, se vio sin embargo postergado de un cargo ministerial tras la victoria en las elecciones generales de 1929. En su lugar se le dio el pomposo cargo de Canciller del Ducado de Lancaster, equivalente en otros países al no menos curioso de “Ministro sin cartera”.
PREOCUPACIÓN SOCIAL Y DESENGAÑO: LA FORJA DE UN MINDUNDI
Desde esta posición, el gobierno le encargó la redacción de un memorándum económico para combatir el paro.
Seguidor del Socialismo Fabiano, propuso una serie de medidas avanzadas para la época, tendentes al proteccionismo, las obras públicas y la nacionalización de las industrias estratégicas. Demasiado para los industriales y los grandes capitalistas e incluso para el propio Partido Laborista, que vio en el documento una amenaza a su estancia en el gobierno.
Convenientemente torpedeado, el “Memorándum Mosley” fue desechado y nuestro protagonista presentó la dimisión.
Desengañado, creyó que podría aprovechar su gran oratoria y fundar un partido a su medida que le permitiese llevar a cabo sus políticas sociales dentro del Reino Unido. Para ello creó el efímero New Party en 1931.
Como base ideológica y de su programa político adoptó el corporativismo económico con el objetivo de superar los efectos que el Crack de 1929 estaba provocando en la economía y en la sociedad del Reino Unido.
Este expediente no era nuevo, sino que Mosley veía con buenos ojos los sistemas que había implantados en Portugal, España (durante la Dictadura de Primo de Rivera) y la Italia de Mussolini, que supuestamente garantizaban la paz social y la reactivación económica.
Este sistema sin embargo, no gozaba de popularidad en las islas británicas, en primer lugar porque era visto como una importación “continental” y en segundo porque los intereses creados de la poderosa burguesía industrial y el arraigo que el laborismo y los Trade Unions (sindicatos) tenían entre la masa obrera eran muy fuertes.
No obstante, al principio, el New Party tuvo influyentes partidarios, miembros sobre todo de la aristocracia que jugaban a hacer experimentos de política social. De hecho la política económica mezclaba elementos de Keynes con el proteccionismo.
Sin embargo la verdadera innovación del New Party fue la creación de una milicia organizada con la que proteger los mítines y locales del partido: los Biff Boys y una sección juvenil (el NUPA), a imitación de los modelos autoritarios que existían en la Europa del momento, como ya hemos citado.
Esto iba a suponer un lastre para el partido, cuyo número de miembros y resultados electorales no pasaron nunca de discretos.
Pero Mosley no se rindió. Visitó varios países europeos buscando inspiración para un nuevo “movimiento” político, sintiéndose impresionado por Mussolini durante su estancia en Italia.
Se entrevistó con él y mostró interés por las reformas económicas introducidas por el fascio: nacionalizaciones y la creación de grandes complejos industriales-militares (como el IRI)[4] y la realización de grandes obras públicas.
A la vuelta de este viaje Mosley fundaría la llamada Unión Británica de Fascistas, más conocida por sus siglas en inglés como BUF, mediante la unión de otros movimientos menores como el propio New Party y otros grupos escindidos de los autodenominados “British Fascists”.
Su admiración por el fascismo italiano le llevó a copiar incluso el uniforme del Partido Nacional Fascista: los seguidores de Mosley pronto fueron popularmente conocidos como “Blackshirts” o Camisas Negras.
UN PARIA DE LA POLÍTICA
Si bien al principio numerosos snobs británicos procedentes de la clase media y la aristocracia se subieron al carro del nuevo movimiento, que llegó incluso a contar con el apoyo del Daily Mail, la vida efectiva de la BUF iba a ser corta (1932-40).
Cuando las clases medias se dieron cuenta de las prácticas violentas del partido y del compromiso que exigía, fueron abandonándolo progresivamente de vuelta a sus cómodas posiciones dentro del laborismo o del partido conservador.
Sin embargo, a pesar de las deserciones, la BUF se hizo fuerte en la zona del East End de Londres, donde recabó el apoyo de las clases bajas nacionalistas y antisemitas.
La adopción de este último aspecto por parte del partido iba a enajenarle el apoyo de amplias capas de la población, sensibilizada por el auge del antisemitismo en Europa.
Privado pues de apoyo, el partido jamás pudo presentarse a unas elecciones generales, limitándose su actividad a mítines, desfiles, peleas callejeras y la participación en las elecciones municipales de Londres. En estas últimas fueron los “tontos útiles” del Partido Conservador, ya que consiguieron desviar algunos votos procedentes de laboristas desengañados. En la cúspide de su actividad política la BUF no consiguió llegar más que a los 8 ó 10.000 votos.
A todo ello hay que añadir la presencia en el partido de gentes un tanto equívocas, como el caso de William Joyce[5]. Era éste un norteamericano cuya familia era de origen “orangista”[6] y que emigró al Reino Unido.
Tras pertenecer a los British Fascists, se alistó en la BUF, destacando como un hábil orador y un activo púgil en las peleas callejeras contra judíos y comunistas (como atestiguaban sus cicatrices y su nariz rota).
Las gentes del entorno personal de Mosley, al conocer los métodos y personajes de los que se rodeaba le hicieron el vacío social, en tanto que su pretérita popularidad como el parlamentario más joven de la Corona se desvaneció por completo.
Marginado socialmente y outsider político, no era sino una sombra de lo que había sido anteriormente, a pesar de las aparatosas parafernalias y los encendidos mítines que protagonizaba.
Por si fuese poco, los acontecimientos callejeros tampoco le fueron muy propicios: en 1936 en la denominada “Batalla de Cable Street”, los miembros de la BUF que participaban en un desfile se enfrentaron a los obreros del East End, que consiguieron desbandarlos.[7]
Por si fuese poco, los sucesivos gobiernos estaban decididos a acabar con la BUF, incomodados por el auge de Hitler en Alemania y el fortalecimiento del fascismo italiano: lo que menos necesitaban era un movimiento similar de puertas para adentro que les causase problemas.
Así en 1936 se prohibió en el Reino Unido el uso de uniformes por parte de los miembros de los partidos políticos, en un intento de mitigar la violencia callejera entre grupos de distintos partidos.
El golpe de gracia vino en 1940, con el inicio de las hostilidades entre el Reino Unido y Alemania en la II Guerra Mundial. Acusada de ser una organización quintacolumnista, fue disuelta finalmente y sus líderes encarcelados, siguiendo la Normativa de Defensa 18B.
MOSLEY ENTRE REJAS Y DESPUÉS
Internado en virtud de la citada normativa en 1940, pasó en prisión tres años, durante los cuales no quiso entrar en contacto con ninguno de sus compañeros de aventura.
Sería liberado, junto a su segunda esposa, en 1943 por motivos de salud, pasando a arresto domiciliario.
Tras la guerra y a instancias de sus seguidores formó el Union Movement, un partido político partidario de la creación de una sola nación europea integradora de todos los países continentales. Este mensaje no llegó a calar en el Reino Unido, tradicionalmente euroescéptico y volcado en su propia “Commonwealth”, que ve en la Unión Europea una especie de aberración nazi-comunista (quizá por quien primero la defendió dentro de sus fronteras).
Tras una serie de altercados, Mosley decidió emigrar: primero se asentó en Irlanda y posteriormente en Francia, donde escribiría sus memorias y acabaría muriendo de Parkinson en 1980.
Con él se iba un extraño personaje de la historia, que no pudo o supo ver que un movimiento como la BUF no tenía demasiado futuro en un país como el Reino Unido.
Muchos defienden que si no hubiese apostado a caballo perdedor habría tenido un brillante porvenir, habida cuenta de su gran habilidad oratoria: era el único parlamentario que no usaba notas y se decía de él que sus discursos tenían tal calidad que deberían usarse como material para estudiar la lengua inglesa. Otros lo ven como un diletante que se dedicó a la política para matar el tiempo y al que el juego se le escapó de las manos.
Podríamos decir que Sir Oswald tiró a la basura su carrera política y su vida con ella, que fue un mindundi de marca mayor. Sin embargo, en su defensa está el que lo hizo por sus propias convicciones y su honor personal. Juzguen ustedes mismos.
Ricardo Rodríguez
[1] Los niños de clase acomodada no tenían vida familiar. Eran educados por niñeras e institutrices.
[2] Era tradición británica la compra de cargos en el ejército
[3] Siglas del Ejército Republicano Irlandés, que pretendía la independencia de Irlanda respecto al Reino Unido. Los sucesivos gobiernos británicos libraron contra él una guerra sucia, enviando unidades de excombatientes conocidos como “Black & Tans”, responsables de múltiples atrocidades contra los civiles.
[4] Siglas del Instituto de Reconstrucción Industrial
[5] Huyó del Reino Unido en 1939 y se asentó en Alemania. Allí fue el locutor de “Germany Calling”, un programa de la radio nazi destinado a la población británica, que le conoció como “Lord Haw Haw”. Arrestado al final de la II Guerra Mundial, murió ahorcado en 1946.
[6] Irlandeses partidarios de la unión con el Reino Unido
[7] En aquellos entonces se usaban como armas palos envueltos en alambre de espino, navajas, puños americanos, patatas con cuchillas de afeitar clavadas y atadas con una cuerda y todo tipo de herramientas
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