Hay SPOILERS, obviamente, estáis avisados
Kylo Ren el antagonista, el lado oscuro, el sith y la protagonista Rey, la última jedi, el lado de la luz, sienten una fuerte atracción sexual.
En una de las escenas de conexión mental entre Kylo y Rey, Kylo aparece mostrando su musculado y atlético torso, que siendo sinceros es bastante hermoso y sugestivo. La respuesta de ella es girar la cabeza para evitar observarlo y responderle: ‘’podrías haberte puesto algo’’. ¿Realmente estos dos personajes se odian por cuestiones recientes como la muerte a manos de Kylo de Han Solo? ¿Qué sentido tiene que éste aparezca semidesnudo sino despertar la libido en Rey y ella mostrarse avergonzada por la escena y reprimir la excitación? Es obvio, la conexión mental es la superficie de un fuerte sentimiento de atracción, con el que la película juega para excitar inconscientemente al espectador o espectadora, para terminar diciendo que dicha atracción está mal.
Otro detalle de suma importancia es que Rey cuando va a la nave general a encontrarse con Kylo con el objetivo de hacerle volver al lado de la luz, ella aparece misteriosamente con un cambio de look y de vestimenta. Deja de llevar el pelo recogido y un estilismo parco y asexual y se suelta el pelo y adopta una estética más femenina desde el punto de vista de Disney, seamos sinceros la actriz gana en atractivo. Además ella al llegar a la nave general de Kylo Ren en una cápsula al estilo Blanca Nieves esboza una pequeña sonrisa que es respondida por un gesto serio de él, ‘’se trata de hacerse el duro’’ para evitar demostrar la atracción, un truco muy común cuando nos gusta alguien.
Por tanto, la propuesta de unión que le hace Kylo a Rey una vez corta por la mitad a Snoke, no es una mera cuestión de alianza de los dos últimos jedis para controlar la galaxia, lo que subyace de verdad es un sentimiento amoroso y una fuerte pulsión sexual, que para nada nos resulta extraña en Disney, sabiendo la ingente cantidad de mensajes subliminales que hay en sus películas, con las que nos hemos educado.
Más allá de la película, captamos el fuerte conservadurismo de Disney en torno a cuestiones moralistas de índole sexual. Pero no sólo concierne a estas películas de Star Wars sino también a las anteriores sagas, la de los años 70 y las de principios del siglo XXI. ¿Cuál es el fallo de los jedai? El fundar una orden masculina, elitista, meritocrática y budista que mantiene una república llena de corrupción, lo cual no podía ser el mejor ingrediente para poner fin a sí misma. El problema es que estos hombres sienten pánico por las emociones, son terriblemente narcisistas y por eso adoptan tal filosofía camuflada de barata sabiduría y ejercicios marciales.
Profundizando en este último aspecto, desde este punto de vista, el personaje de Luke Skywalker no puede resultar más insoportable, ñoño e inútil para el entrenamiento de Rey. Dentro su estilo jedai el personaje muestra su debilidad al verse incapaz de aceptar que su alumno del pasado Kylo lo supera en fuerza, belleza y sabiduría, por lo que trata de asesinarlo. Pero esta frustración de Luke no es particular sino sintomática de base de la filosofía jedai empeñada en gestionar las pulsiones y las pasiones mediante su represión en el inconsciente, en vez de tratar de gestionarlas y aprender a convivir con ellas. Por consiguiente, desde un punto de vista ideológico, los jedai y toda su filosofía ocultan además de una profunda misoginia, un profundo conservadurismo que es reflejo del conservadurismo y la estricta moral cristiana que Disney y los puritanos anglosajones pretenden plasmar a través de sus instrumentos de propaganda, en este caso su cine.
Aunque ya las anteriores sagas muestran su conservadurismo religioso y sexual, es interesante observar cómo se señala que la causa de la destrucción de la república en los episodios I, II y III es el miedo a la pérdida por parte de Anakyn de su amada Padme, y como incluso éste siente recelos de su maestro Obi-Wan que piensa que quiere arrebatársela, lo cual quizás no está muy alejado del inconsciente de los creadores de Star Wars, una historia chirriante de celos, cuando todos sabemos que Anakyn no es sino una pequeña pieza del puzle que el canciller Palpatine lleva planeando desde La Amenaza Fantasma. Algo parecido pasa en la saga original, donde aunque se avista una primera atracción entre Leia y Han, también se percibe una atracción entre Luke y Leia. El personaje de Han coqueteando con la princesa Leia durante toda la saga piensa que ésta siente algo por Luke, pero hay un impedimento para la mentalidad puritana anglosajona de que Luke y Leia acaben juntos y es que son hermanos. El incesto, pecado para los religiosos de éste mundo, pero la pregunta es ¿Cómo hicieron Adán y Eva al resto de seres humanos?
No nos extrañaría nada que en la última parte de esta última saga el conflicto sexual entre los dos personajes principales se resuelva mediante la aparición de una relación filial entre ambos. Un fin verdaderamente revolucionario desde el punto de vista de la moral sería plantear un fin alternativo con la satisfacción de las pulsiones de los dos protagonistas, aceptando sus sentimientos y convirtiéndose en líderes completos tanto en el manejo de la espada láser como de la vida cotidiana emocional, incluso sería aún más revolucionario que se descubriera su relación filial y aún así optaran por este camino de satisfacción de pulsiones y sentimientos amorosos, de esta manera de una vez por todas los espectadores podríamos compartir ese orgasmo sublime que la moral puritana lleva reprimiendo desde el siglo XVI. Lamentablemente Disney dará a la saga un final conservador haciendo que uno mate al otro, que sean amigos, o que acepten moralmente su relación filial.
Disney ha sido hábil, ha comprado una saga mítica vista por billones de personas para la expansión de su ideología religiosa y sexual, pero no sólo contento con eso, dsfruta morbosamente de provocarnos con estímulos sexuales entre sus personajes para después decirnos que tenemos que reprimirnos.
Ricardo Sancho Garzón
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