“Trata de esos momentos en los que estás tendido en la cama preguntándote qué cojones se supone que deberías estar haciendo, ese despertar de la vida real”.
Brett Anderson acerca de Night Thoughts.
La noche del 29 de enero prometía y mucho, y todo se cumplió. Suede volvían a Paradiso de Ámsterdam para seguir presentando Night Thoughts, su último acierto tras su reciente trabajo de vuelta, Bloodsports (2013).
Night Thoughts sigue la senda sonora del grupo; nada ha cambiado desde Bloodsports ni es necesario. El romanticismo urbano de los bajos fondos, eso sí, ha madurado en sus letras y dejado atrás clichés. Así de brillante se sigue presentando su nueva vida tras aquella pausa tras A New Morning (2002). El álbum comienza con la épica “When You are Young”, un himno a los sinsabores de la juventud, con unos violines que pondrán este tema más de una vez en primer lugar en los repertorios del grupo, adornado con el falsete de Brett Anderson. Paralelo a este, el romanticismo colmado de tristeza continúa en “Outsiders”, que ya se ha convertido en un clásico del sonido Suede, y también en su letra; la incierta gloria de personajes urbanos, marginales pero mágicos. “No Tomorrow” nos sigue recordando que la banda perdió su vena más rock desde su primer álbum, dejándonos un pop que, erróneamente, los alineó en aquel batiburrillo llamado Britpop. “Pale Snow” nos recuerda a la carrera en solitario de Brett Anderson por la sencillez de su producción y el lirismo que destila sus versos. Los seis minutos de “I Don’t Know how to Reach You” junto con la siguiente, “What I’m Trying to Tell You”, tratan de lo irrealizable entre dos personas, de lo inefable. Si bien a la primera se echa en falta el componente trágico y oscuro de Dog Man Star (1994), la segunda se alinea en el sonido posterior a la salida del guitarrista y compositor Bernard Butler. La línea temática no se corta con “Tightrope”, agridulce y lenta, como “Learning to Be”, más Brett Anderson que Suede; toda una delicia. “Like Kids” nos lleva a tiempos más movidos, los de “Coming Up”, todo un espejismo de ritmo, para volver al tema de la imposibilidad con “I can’t Give Her what she Wants”, muy pareja a “Learning to Be”. “When You Were Young” es un medio reprise del primer tema, en la que los violines para ponernos en posición para otro de los grandes aciertos, la gloriosa “The Fur and the Feathers”. La presencia de Ed Buller no ha sido garante de una producción maravillosa, que quizá peque de acercarse demasiado a lo digital. Sin embargo, esto no provoca que el trabajo sea todo un acierto en la carrera de Suede, una prueba de que siguen vivos como grupo. La prueba definitica, habría que verla en directo.
Y así fue la noche del 29 de enero en Paradiso, Ámsterdam. Todo un templo de la música en directo. En este edificio han tocado los más grandes, será por eso que además de cobrarte la entrada del concierto, tienes que abonar tres euros y algo más por ser “miembro” de Paradiso… Una membresía que dura un solo mes; turistas, quedáis advertidos. Para la presentación de Night Thoughts se abrió la sala más grande. Por lo cívico del ambiente, uno dudaría que se hubieran agotado las entradas. Una gran pantalla casi transparente quedaba por delante del escenario. Cuando cayeron las luces, los músicos se podían entrever en plan caravaggiesco mientras en la pantalla se proyectaba un vídeo por cada tema, obra del fotógrafo Roger Sargent, también autor del documental de The Libertines There Are no Innocent Bystanders. La idea es original, pero mal llevada a cabo. Si bien el primer tema, “When You are Young”, está maravillosamente filmado, con una fotografía exquisita, lo que queda de metraje cae no muy lentamente en el aburrimiento, en lo redundante, y en lo patético, como en el caso de “Like Kids”. La filmación, cuya fotografía está muy cuidada en muchas ocasiones, es pretenciosa, y con una excesiva tendencia a un enfoque naturalista. La narración de la película, a duras penas se corresponde con las canciones de Night Thoughts. Que la película esté por delante, sólo físicamente, de la banda, es de extrañar. En otras giras, Suede ha tenido mejores filmaciones o imágenes estáticas que adornaban mejor su música. No obstante, la dramáticamente pomposa filmación de Sargent no hace mella en la música de Night Thoughts, y Brett interpreta tras la pantalla como si no existiera. Como era casi de esperar, la banda brilla especialmente en “When You are Young”, “Outsiders”, “Like Kids” y “The Fur and the Feathers”, con interpretaciones muy superiores a las del álbum, resaltando en la música, con un planteamiento más vivo, y en la voz de Brett Anderson, que nada como pez en el agua en estos nuevos temas. Y aunque en otros recitales Suede han concentrado mucho de la segunda sección en Caras B, tras unos minutos de descanso, para recoger la deshonrada pantalla, llegaron la mayoría de los clásicos más clásicos de la banda. Aquí es donde los fans entran en territorio conocido, Night Thoughts sigue aún reciente. Desde Coming Up, “She” y “Trash”, siguiendo con “Animal Nitrate”, de su primer álbum. Luego una Cara B de Dog, Man, Star, más popular que algún single, “Killing of a Flash Boy”, y dos más del álbum propiamente dicho, “We are the Pigs” y “Heroine”. Está claro que el tiempo ha hecho de Brett Anderson un animal en el escenario. De compararlo en su momento con delicados felinos, ha pasado a ser un león en directo; su fuerza vocal ha ganado potencia con los años, y los falsetes apenas si se le resisten. Además, no para de ir de un lado a otro, bailar, mover el micrófono a su antojo por los aires y saltar como cazando a su presa. No es hasta este momento en el que se cambia de década, hasta su penúltimo trabajo, Bloodsports, con “Sabotage”, que es totalmente bien recibido por el público, como si fuera de toda la vida. El primer y único momento tranquilo lo trae “Oceans”, de A New Morning (2002), el álbum que Suede evita. Brett la interpreta sin banda, y por un momento, sin altavoces que le apoyen, que es como debería haber quedado; el público guardaba un silencio enorme con esta. Más concesiones al primer álbum, con “So Young” y “Metal Mickey”, y con un Brett desatado con el público, “Beautiful Ones”, con el que pareció acabar la actuación, que tras una pausa concluyó con el éxtasis de “New Generation”.
Suede está más vivo que nunca, en el estudio de grabación, y más aún en directo. La noche confirmó que, por un lado, lo que llamamos “nuevo”, “experimental” o “diferente” no es garante de calidad. Por otro lado, la veteranía es un grado, y está por encima de experimentos como el de la filmación de Sargent. Tendremos la oportunidad de ver a Suede en España, como poco en Primavera Sound. Podréis comprobarlo por ustedes mismos.
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