Este fue mi comentario en facebook cuando terminé la primera temporada de Hannibal. No busqué esta combinación para darle un toque de filigrana, simplemente me salió así. Y es que cuando uno ve esta serie parece que se le refina el gusto. El gusto por lo bueno, claro. Porque principalmente esta serie es buena, muy buena.

Cuando uno ha visto las películas de la saga Hannibal Lecter y se entera de que han sacado una serie piensa: “A seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro”, “Qué poca imaginación tienen los guionistas de Hollywood que tienen que sacar otro remake”, “Seguro que es la típica serie de 1 capítulo-1 caso policial”. Pero por fortuna nada más lejos de la realidad. Esta serie me ha sorprendido enormemente, quizás también por no tener grandes expectativas sobre ella, y después de escuchar recomendaciones de mucha gente me he visto los 13 capítulos que componen su primera temporada en una sola semana.

Vayamos por partes, que diría el Dr. Lecter:

Los personajes: El personaje de Hannibal está maravillosamente interpretado por Mad Mikkelsen (Valhalla rising, La Caza, Casino Royale). En ningún momento he echado de menos a Anthony Hopkins, primera asociación mental que uno tiene al oír el nombre del famoso caníbal. Incluso diría que Mikkelsen le puede llegar a superar en credibilidad. Si bien es cierto que el actor danés se caracteriza por una expresividad muy contenida en sus interpretaciones, es precisamente eso lo que le da un valor añadido a este personaje, convirtiéndolo en alguien elegantemente inquietante (recordemos que la serie se desarrolla antes de que todo el mundo sepa que es un gourmet del cuerpo humano).

Pero es que además el resto de personajes está a la altura del protagonista. Magnífico Hugh Dancy (Adam, Conociendo a Jane Austen), al que realmente no conocía mucho, pero que realiza un gran trabajo como Will Graham, un agente del FBI algo inestable. Y como tercera pata de este trípode, Laurence Fishburne (Trilogía Matrix, Mystic River), interpretando a Jack Crawford (el jefe de Will), y que supone el contrapunto de cordura en la serie, a pesar de lo que tiene encima. Del resto sólo puedo decir que cumplen su cometido de secundarios con creces. Por poner alguna pega, la periodista no me termina de convencer, aunque eso ya son gustos personales.

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La historia (ojo, algún spoiler inside!): Como he comentado antes, la serie no se trata de un CSI al uso (1 capítulo-1 caso), sino más bien de un gran caso que a su vez se va ramificando para al final encontrar un punto en común de nuevo. Esta primera temporada gira en torno al comienzo de la relación entre Will Graham y Hannibal, de la que conocemos su final por El Dragón Rojo, novela de Thomas Harris adaptada posteriormente al cine. En la serie se observa el regreso al tajo de Will en el FBI para ayudar con su don en los casos de asesinatos más brutales. Ese don consiste en pensar de la misma manera que lo podría haber hecho el asesino en el momento de realizar el crimen, es decir, consigue empatizar con el psicópata de turno y dar sentido a muchas pruebas que no lo tendrían para cualquier otro policía del montón. Sin embargo, ese mismo don ha llegado a perjudicar a su estabilidad mental anteriormente, y por ello necesita la supervisión del psiquiatra Hannibal Lecter, que le ayudará a mantenerla para realizar su trabajo. Pero no va a ser fácil. A raíz de un caso concreto, en el que existen implicaciones personales, remordimientos y otras emociones ocultas, y con el que Jack empieza a presionar demasiado a Will, todo empieza a salirse de madre…y hasta aquí puedo leer.

Lo bueno de la serie, es que esta evolución tiene el tempo perfecto. Todo en esta temporada tiene un porqué y poco a poco se va desvelando (excepto algún cabo suelto, como la trama de la mujer de Jack Crawford). Las relaciones entre personajes son complejas pero están tan bien desarrolladas que no es difícil seguir la trama y poco a poco te ves más atrapado en esa intriga psicológica en la que intentas adivinar quién juega con quién (aunque se sepa quién ejerce de titiritero).

Por último, me parece muy acertado el hecho de que cada capítulo tenga el nombre de un plato de comida. Todo el mundo sabe qué es el Dr. Lecter, pero la serie consigue tratar ese tema con un gusto impecable. En definitiva, me parece una de las mejores primeras temporadas que he visto en una serie en mucho tiempo.

La producción y rodaje: Sólo con esto ya me habían ganado desde el principio. Visualmente es impecable, una fotografía magnífica y unos efectos especiales que, sin ser muy espectaculares, son del todo efectivos. También hay escenas del crimen bastante originales y las imágenes oníricas son realmente buenas (os aseguro que la próxima vez que os crucéis con un ciervo no pensaréis en Bambi). Y es que como siempre me han dicho, yo como mucho por los ojos (aunque esta vez uno no acaba empachado antes de tiempo con Hannibal).

En resumen, una serie que para mí se ha convertido en el must see de 2013. Elegante, inquietante, absorbente… A poco que mantenga el nivel en la siguiente temporada (28 de febrero en USA) se convertirá en algo más que un fenómeno puntual… y algo me dice que incluso lo va a superar.

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P.D. Quería agradecer a Estibaliz Etxebarria su insistencia para que escriba en su revista. Nunca había hecho algo de este tipo, pero la verdad es que me ha gustado hacerlo (con las limitaciones de aficionado que pueda tener).

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Rodrigo Guzmán Martínez