Estimados lectores, es un placer para este humilde servidor invitaros una vez más a participar de unas curiosas a la vez que totalmente subjetivas recomendaciones literarias centradas en el género negro, un género que se ha universalizado, y que por suerte o desgracia, se ha convertido en el predilecto de miles de lectores en el mundo. La primera de las consecuencias es que se han multiplicado las publicaciones, tanto que no sólo no da tiempo a leerlas todas, hecho más que aceptado, sino que uno se encuentra con títulos igual de atractivos que huérfanos de contenido, sentido o mérito. Dicha circunstancia justifica el merodear por foros en los que se comentan ciertos títulos, tarea que puede llegar a resultar útil con vistas a rentabilizar nuestro dinero y tiempo. Es precisamente este último deseo el que me mueve mensualmente a comentar aquellos títulos que considero, merecen unas palabras de entre los muchos que caen en mis manos.

Comenzaré en esta ocasión con todo un premio planeta como es Lorenzo Silva

La pareja Vila Chamorro que ya nos fuera presentada en EL ALQUIMISTA IMPACIENTE, persiste en conseguir éxitos profesionales con esa idiosincrasia que se ha convertido en pegadiza por el uso. El respeto es la única virtud, y es más que suficiente, que une estos caracteres tan dispares, una simbiosis que resulta en eficacia, valor muy valorado a la hora de resolver conflictos, y crímenes…

En LA MARCA DEL MERIDIANO, Vila vuelve a Barcelona, ciudad que tanto significó en su pasado. Allí tendrá que enfrentarse a sí mismo y manejar los hilos de la trama en beneficio de un desenlace muy del estilo gastado en aventuras previas. No me toca a mí evaluar si la obra es merecedora del Premio Planeta, tampoco es el momento de hacer revisión de la trayectoria del autor. Es simplemente cuestión de justicia afirmar que se trata de una buena novela policíaca que, con su ritmo característico, absorbe la atención del lector hasta que éste, sorprendido por la velocidad del tiempo, se encuentra leyendo la última línea deseando que su autor escriba un nuevo episodio de esta crónica negra por capítulos que dosifica con maestría el autor.

Diferente suerte corre, en mi opinión, la lectura de LAS SEIS CARAS DEL MIEDO, de Jonas Winter, novela ambientada en la localidad jiennense de Bélmez, sí, esa tan famosa por los fenómenos paranormales por los que seis caras aparecen en las paredes para desgracia de quienes tienen contacto con ellas. El caso es digno de una y muchas más novelas. Hasta aquí lo bueno. El problema es que, incomprensiblemente, el autor, que se nos presenta con un currículum vitae más que completo en cuanto a investigaciones de fenómenos paranormales llevadas a cabo, nos sorprende con una narración insulsa por sencilla para dar forma a un argumento pobre por ser benévolos, y las pobres caras que tanto juego podían haber dado, sirven de bufonada de fondo, que bien podrían haber desaparecido de pura tristeza e inacción. Ahí queda dicho. Los valientes, que se lean este amasijo de ideas.

Mucho, muchísimo incluso, mejor, es tomar cualquiera de los libros en los que Francisco González Ledesma da vida a Méndez, el policía de barrio que antes renunciará a lo divino y humano que a sus principios. En Barcelona, en torno al paralelo, se encuentra el nido de este pájaro nocturno al que no tardaremos en tomar cariño y que nos tenderá su mano para enseñarnos su mundo. Para ello, no lo dudéis, utilizará el único lenguaje que conoce, el de la experiencia.

Méndez no es sofisticado y tampoco pretende serlo. De vez en cuando se advierten reminiscencias de un Carvalho, ya sea por las similitudes o bien por las diferencias. Por concretar un poco, recomendaré la lectura de HISTORIA DE DIOS EN UNA ESQUINA, una novela de género que atrapará al lector, quién se convertirá en fan de la serie desde el primer momento. Creo que las novelas de Méndez merecen una sección completa y así prometo que será en un futuro no muy lejano. De momento, leeros esta y ya me contáis.

Una propuesta más que interesante es la que viene condensada en un sencillo número. CINCO, debut literario de la escritora austriaca Ursula Poznanski y que nos llega de la mano de La Esfera de los Libros, es una novela negra magistralmente ejecutada en la que el lector no puede parar de leer hasta alcanzar el final, siguiendo en todo momento las reglas de esta peculiar versión de “la caza del tesoro” en la cual muchos de nosotros empleamos parte de nuestro tiempo de juego en la infancia. El “geocatching” es una moderna revisión del juego en el que los cazatesoros se arman con un GPS que les permite localizar las coordenadas que esconden la ubicación del premio. En este caso, todo el argumento gira en torno a una siniestra versión del juego que a nadie le será indiferente. Se trata de una original historia, bien narrada y bien culminada cuya lectura, desde luego, aconsejo.

Por último, no puedo despedirme sin hacer referencia al mejor de los relatos negros que han pasado por mis manos el último mes. Se trata de un viejo conocido que, como no podía ser de otro modo, vuelve a regalarnos una magnífica historia de misterio. Se trata del danés Jussi Adler-Olsen y su EXPEDIENTE 64. Genial, es la palabra que me viene a la mente cuando pienso en el buen rato que he pasado leyendo cada detalle, cada línea, de esta soberbia historia policíaca protagonizada por el sempiterno Carl Morck. El Departamento Q recoge sin complejos el testigo huérfano que las novelas de Henning Mankell protagonizadas por Wallander nos dejaron. Ahora que el dramaturgo sueco nos ha dejado, vaya por delante mi más sentido pésame y la promesa de dedicarle en exclusiva la próxima sección que escriba. De momento, sólo deseo adelantar la satisfacción que me produce este título y la parcial decepción que ha significado leer la última novela de la saga Millenium, buque insignia de la novela de intriga sueca de la que se apeó Stieg Larsson y que, aun cuando resulta curiosa su secuela, no alcanza a mi entender la emoción que destilaba el difunto escritor. No hablaré de fiasco, pero reconozco que la novela no me ha “enganchado” como lo hicieran sus tres precuelas, quizás porque alguien pensó en restarle algo de protagonismo a Lisbeth Salander en pro de las mismas máquinas, los ordenadores, que le quitan un merecido protagonismo. Al final se consigue un embrollo que cuesta digerir a veces, sesgo que no he conseguido descubrir en EXPEDIENTE 64, libro que puede convertirse en el mejor de la saga y por tanto encabezar la lista de recomendaciones que paso a cerrar.

Mankell está en el cielo pero en breve lo traeremos a esta sección para que se sienta arropado por aquellos que tanto le debemos.

Francisco Javier Torres Gómez