Puede parecer fácil, pero no lo es. Dejarse estar al antojo de la cadencia con la que las escaleras mecánicas de unos grandes almacenes ejercen su eterno caminar no es nada fácil, y más cuando al mismo tiempo se ejercen las funciones de padre en apuros intentando controlar ese sinvivir tan difícil de explicar.
Y de pronto se obró el milagro en forma de voz…Se trataba de una voz con mucha personalidad, dulce pero afectada, potente y cautivadora, una voz que ahora sé que amansa a las fieras, una voz especial.
El espacio se replegó a la evidencia y el grupo de tres que formábamos mis hijos y yo nos dirigimos al origen del sonido que tanto había llamado nuestra atención y allí, en la peculiar sala de audiciones que regala la FNAC a los transeúntes, se encontraba aquella chica morena, guapa, muy guapa, de cautivadora voz. En el cartel que anunciaba el evento supe que se llamaba Sara Marín. Tomamos en silencio asiento. Las fieras, domadas, se embelesaron con el buen hacer de la intérprete que, rasgando las cuerdas de su guitarra, emprendía un nuevo vuelo en forma de canción.
Debo reconocer que mis preferencias musicales toman desde hace tiempo otros derroteros pero lo cierto es que aquella jerezana de sonrisa fácil me cautivó de tal forma que me animó a comprar su nuevo trabajo discográfico. Ya entonces había tomado la determinación de preparar una entrevista para la revista Distopia, objetivo con el cual me acerqué a ella al finalizar la actuación. En las distancias cortas ratifiqué no sólo su belleza sino su disposición a colaborar con el simpático juego de preguntas que le iba a plantear; ella aceptó el reto de inmediato.
Quedaba informarme sobre la artista pues el no conocerla no debía ser utilizado como excusa. Con un segundo disco en la calle y un trabajado contrato con el sello Warner, estaba delante de una artista consagrada, o al menos más conocida de lo que cupiese suponer. Y mis sospechas se vieron confirmadas tras una sencilla búsqueda en las redes. Tras ella, puedo y debo hablar de SARA MARÍN en mayúsculas, una artista con larga trayectoria con la que no había tenido la fortuna de cruzarme. Espero, pues, redimirme con la entrevista que le hemos preparado. Pero antes, un poquito de información para quienes, como yo, no conocieran a Sara.
Sara es una joven cantautora jerezana (digo joven porque no se lleva eso de preguntar la edad y podría incluso tener nefastas consecuencias en su colaboración con la entrevista) que atesora dos trabajos discográficos y seguro que infinidad de canciones guardadas en la carpeta esperando una oportunidad. Su estilo me parece una mezcla equilibrada entre el pop, el rock y ¿el country? Dejaremos que ella se defina más adelante (lo que queda claro es que he escuchado su disco no una, sino muchas veces) y sus letras dejan a las claras que no tiene problemas para gritar verdades, sus verdades, a los cuatro vientos.
Ya lo proclama a viva voz en una de sus canciones, esta chica está dispuesta a causar un auténtico INCENDIO cuya llama fue pintada hace años, seguramente a solas, en la intimidad, con el sosiego de encontrarse consigo misma, dejando que las palabras fluyeran evitando la soledad de los sencillos acordes de su guitarra.
Sara, Sara… es el momento de darte la bienvenida a la revista cultural Distopia esperando que te sientas más que a gusto con nosotros, tus amigos, y que pases un rato agradable respondiendo estas preguntas que hemos preparado sólo para ti.
Ya hemos hecho un dibujo de quién es Sara Marín. Ahora te toca a ti perfilar ese boceto. ¿Es Sara Marín una cantautora al uso?
Soy una chica normal y sencilla a la que le gusta componer canciones y cantarlas (con lo cual soy cantautora), pero quizá no me encasille al 100% en el significado al que actualmente ha derivado la palabra en sí. Compongo temas pop rock de muchos tipos, no sólo baladas. Me gusta hacer canciones para envolverlas con sonidos guitarreros, buscando la energía.
Supongo que llevas en el corazón aquella gala de Canal Sur…cuéntanos alguna anécdota que surgiera en el camino que te llevó a ese momento tan especial.
La primera vez que me llamaron para ir a actuar a Canal Sur me puse muy nerviosa. Nunca había estado en televisión y era un terreno que desconocía. Pero una vez allí, he de decir que me trataron genial y me sentí muy cómoda! Y hoy en día considero que es una segunda casa. ¿Anécdotas? Muchas, quizá la primera que recuerdo es que nada más llegar, me vieron y dijeron “pero qué alta eres!”
Jurado de Se llama copla junior, “casi ná”
Fue una experiencia muy satisfactoria para mí a nivel profesional y sobre todo personal. ¡Disfruté y aprendí mucho con los niños!
1000 kilómetros parece una distancia más que considerable. ¿se cansa una mucho al recorrerla?
Es una profesión que no se hace o consigue consagrar en dos días. Hay que ser perseverante y trabajar duro sabiendo que los resultados llevarán a largo plazo… Hacer muchos kilómetros, moverse, tocar en muchos sitios, redes sociales, promoción… Pero es bonito ver que poco a poco tu música se va haciendo un hueco en el panorama musical.
Tenemos entendido que tu Vértigo no se cura con medicinas ¿o sí?
Jaja, mi vértigo se cura tocando en directo. La música hay que disfrutarla sobre todo contagiándose en los conciertos. Está bien que haya discos y se pueda sentir cada acorde en cualquier momento, sólo dándole al “play”; pero siempre estaré a favor de las actuaciones, de vivir las canciones en un primer plano, de saborear los directos. Ahí es donde realmente se conoce a los artistas y donde podemos transmitir bien el mensaje de cada tema.
Sara Marín es una cantante de estilo…
Hago canciones pop-rock, con algunas vetas de country en algunas ocasiones. Diría que son melodías pop con trasfondos rockeros.
¿Qué es lo más bonito que te han dicho en relación a tu faceta artística? Lo más feo sólo si es gracioso.
He recibido muchas críticas positivas, que agradezco enormemente. Pero quizá la que más me llamó la atención fue una vez, en mis comienzos como solista, antes de subirme al escenario, que alguien me dijo que no me deseaba suerte… Yo no supe bien por dónde tomármelo, porque lo lógico no era esa respuesta. Pero acto seguido me dijo “te deseo justicia. A ti no te hace falta suerte, te hace falta justicia…Te lo mereces”. Nunca olvidaré ese momento. Cosas feas he de decir que no me han dicho hasta ahora directamente (Ahí sí he tenido suerte)
En las canciones de tu nuevo disco se nota un poco “mucho” que le pegas “tiritos” a un chico. ¿Qué tienes que decir al respecto?
Jajajaja, no son a nadie en concreto. Muchas son canciones reivindicativas. Canto a lo que no me gusta que me hagan o a lo que necesito. Y pretendo que todo el que las oiga pueda sentirse identificado si le ha ocurrido o ha tenido esa sensación alguna vez. Pero también hay otros temas en los que agradezco o valoro las partes positivas de alguien. Creo que lo bonito de la música desde mi perspectiva es que me ayuda a digerir situaciones, y desde la parte de la audiencia es que pueden trasladarlas a su terreno cuando quieran y hacerlas suyas.
¿Amansa tu música a las fieras? Mis hijos de 8 y 10 años cayeron fulminados a tus pies, ése es un hecho.
Intento transmitir en todo momento muchos sentimientos, y si me dices que logré captar la atención de tus hijos es buena señal, quiere decir que en cierto modo conseguí “llegarles”. Quizá esos sean de los detalles más importantes para mí.
¿Cuándo y cómo comienza a cantar Sara Marín?
Empecé a modo de hobbie con unos amigos en mi época universitaria. Estuvimos muchos años tocando juntos y aprendiendo todas las bases que sigo manteniendo a día de hoy. Pero a nivel profesional fue cuando comencé mi carrera en solitario, justo en 2012. Decidí lanzarme en esta aventura porque sabía que era lo que me gustaba y lo que hacía que me realizase. Lo pensé, reflexioné y cogí mi guitarra. Me puse a componer y a partir de ahí, con mucho trabajo y esfuerzo, he llegado hasta aquí.
¿Lloras al componer?¿ríes?
Claro que hay canciones que hacen que te sensibilices mucho, tanto en positivo como en negativo. Pero considero que sentir emociones a la hora de trabajar hace que hagas las cosas mejor, dejándote llevar, sacando todo lo que tienes dentro. También es muy importante el momento que estés atravesando personalmente. Eso hace que empatices de una u otra manera y de una forma más o menos profunda.
Te acompañas de músicos que suenan muy bien en directo. Preséntanoslos.
Sí, tengo un equipo de trabajo superior y del que estoy más que orgullosa. Al bajo Jose Llamas. A la guitarra eléctrica Víctor Gaitán. A la batería David López. Y a los teclados Jordi Cristau, el productor de este segundo disco. Son todos grandes músicos y buenos amigos.
Segundo disco y fichas con Warner ¿tienes enchufe?
En mi caso no existen los enchufes porque no he tenido la facilidad de quien conoce a gente que está en este mundo que pueda ayudarle. Mi única fórmula ha sido y sigue siendo trabajar y aprender mucho. Intentar mejorar cada día. Intentar estar en todos lados. Hay que estar activos y ser positivos… Por ahora estamos dando buenos pasos, que aunque lentos, son satisfactorios por haberlos conseguido por un trabajo de fondo.
Preséntanos en unas palabras a tu fan número uno y aquello por lo que se ha ganado la categoría de primera dama (aventuramos que es una mujer).
Ese título se lo han ganado varias personas… digamos que los líderes de los clubs de fans. Y hay chicas y chicos, no puedo decantarme por el género, porque lo cierto es que todos son increíbles. Recibo un apoyo y seguimiento diario. ¡Son mis incondicionales! Y yo sólo puedo estar más que agradecida.
He revisado parte de tu archivo fotográfico y el negro es uno de tus colores fetiche ¿guardas luto?
Por suerte no… No es un luto, es un color con el que me siento cómoda, y para trabajar hay que ir cómodo (al menos eso pienso yo). Siempre me ha gustado vestir con colores oscuros, no es algo que haya decidido a partir de dedicarme a la música.
Cuando se canta al amor ¿es necesario estar enamorada o desenamorada?
No es necesario, pero sí es verdad que si has vivido este tipo de sensación pues podrás transmitir el sentimiento de una forma más real. Hay veces en las que escribo sobre situaciones vividas, pero hay otras en las que me baso en situaciones cercanas o relatos que me cuentan. Lo importante es hacerlas tuyas y así poder plasmarlas bien.
Sara Marín es de Jerez y no canta flamenco ¿o sí?
Me gusta mucho el flamenco, lo he vivido desde pequeña muy de cerca. Pero también le tengo mucho respeto, y no es a lo que debo dedicarme. Me gusta el estilo donde me desenvuelvo mejor, que es el pop rock, y por eso es lo que hago.
Un servidor ha asistido a un mini concierto acústico de Sara Marín. En un concierto convencional encontraremos…
Encontrareis a la banda al completo, batería y teclados además de bajo y guitarra eléctrica. Al haber más instrumentación se consigue que sea un concierto más activo y enérgico. Ellos me envuelven y yo me dejo llevar…
Intenta vendernos cada uno de tus discos. Si me convences se los regalo a mi mujer…
Jajaja… Buena forma de convencerme a mí… “A mil kilómetros” es un disco muy melódico, donde podrás encontrar canciones pop, pop-rock y countrys. Hablo de amor, de ilusiones, de miedos, de enojos… Sentimientos de un día a día que marcaron esa etapa de mi vida. “Vértigo” es la continuación del disco anterior, pero con un estilo más definido a nivel musical. Siempre me ha gustado mucho el rock, y en estas canciones he intentado que sobresalga el trasfondo rockero y su intención. El resultado es un disco con más fuerza y carácter.El primero es perfecto para oírlo tranquilo en casa, para relajarse, para meditar. El segundo es mejor para activarse, animarse, divertirse.
Queremos proponerte un reto:¿nos haces unos versos, una estrofa, una micro canción inédita en que aparezca la palabra Distopia. Te permitimos el tema romántico.
“Estás equivocado.
Hay cosas que jamás mueren.
La música no es un tema distópico.
La música vive a fuego lento en el alma…”
No te vamos a hablar de piratería porque suponemos qué puedes opinar al respecto pero lo cierto es que existen hoy en día distintas trabas para triunfar de un modo justo en el mundo de la música. ¿Puede una portada sugerente animar al público a comprar un disco?
Claro que si… El más mínimo detalle puede captar la atención del público. Nunca se sabe cuál es la mejor fórmula para el triunfo, pero es cierto que la estética también influye a la hora de elegir música que oír, aunque sea ridículo. Hoy en día que tenemos a nuestro alcance cualquier tipo de música puede ser un valor añadido que te diferencies o llames la atención por algún detalle estético.
Es hora de pedir un deseo, como las niñas buenas. Necesitamos el nombre del artista o la artista con quién te gustaría verte encima de un escenario.
Me encantaría subirme con Fito y Fitipaldis, ¡aunque son palabras mayores!
¿Qué le pedirías a los Reyes Magos?
¡Salud y más guitarras!
Vamos ahora a pasear (un breve paseo) por las letras de tu disco Vértigo.
¿Sueles morderte los labios? Créeme, a veces es un buen consejo aunque incompatible con el rock.
Lo cierto es que en pocas ocasiones me los muerdo. Odio las injusticias, y si algo no me parece coherente o correcto, de buenas o malas maneras siempre lo digo.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero en Duerme la ciudad te planteas esperar a una segunda parte. Defiéndete.
Dicen que no son buenas, pero que le pregunten a Miguel de Cervantes cuando escribió la segunda parte del Quijote, por ejemplo… Hay situaciones que no pueden llegar a más porque se acaban los sentimientos, pero si los sigue habiendo, lo que hay que cambiar es la actitud y las formas de la relación. A veces no estamos preparados, y eso hace que las relaciones no funcionen en dicho momento. Pero luego, si ha habido reflexión y acuerdo entre ambas partes sí puede haber más oportunidades.
¿Quién produce Vértigo a Sara Marín?
A mí me da vértigo pensar que no puedo hacer algo. Por miedo, por represión, por falta de fuerzas… Me gusta proponerme metas, y me da vértigo pensar que no podría pretender conseguirlas. Siempre hay que intentarlo.
Parece que no te gusta que te suelten ¿Castigas a los que no se agarran bien fuerte?
Siempre he pensado que cuando alguien no te agarra lo suficiente es que no tiene necesidad de ti o no te valora. Por eso es importante demostrar lo que sientes por la gente, y recibir esa demostración.
Para no seguir la velocidad de tu guía ¿no crees que vas demasiado rápido en esto de la música?
No voy tan rápido como me gustaría. Haciendo cálculos, llevo sobre escenarios 12 años… Aunque muchos fueran a modo de hobbie. Pero soy consciente de que esto es así, y no es fácil conseguir vivir de este trabajo. Poco a poco, pero con buena letra…
En tu canción Sé que mientes lo dejas muy claro. ¿Sabes si te miento si te digo, te confieso, que no sabía nada de ti antes de esta entrevista?
Esta canción habla de sensaciones que tenemos cuando conocemos perfectamente a alguien y no actúa de una forma normal. Con lo cual, sabemos que algo pasa, y si lo niega es que miente. A ti no tengo el placer de conocerte a fondo, así que no podría saber si me mientes o no…todavía…
La respuesta la intuyes en tu canción Ya es hora. Es cierto, ya es hora de que te conociéramos, ya es hora que tú nos conocieras.
Este es un tema muy autocrítico. “La noción del sentido se pierde con tanto ruido, qué es lo que necesito, que espere lo demás…” Hay veces que hay que parar y pensar en nosotros mismos, en nuestras vidas desde una perspectiva interior. No hay que dejar que la vorágine o los demás nos confundan y nos lleven con la corriente. Necesitamos buscar lo que nos da la felicidad, no lo que les da la felicidad a los demás según un guion social.
Cuando digas Se nos olvidó tienes que saber que hay mucha gente que piensa en ti.
Cometemos el error de pensar que lo que tenemos ahora es algo seguro y para siempre. Y no es así, hay que cuidarlo diariamente. Esta canción habla de esa rutina en la que entramos sin apenas darnos cuenta en cualquier tipo de relación, amorosa, familiar…
Terminas el disco con tres frases lapidarias, rockeras si me permites: Tenía que salvarme, No lo veo tan claro y, está claro (valga la redundancia), Que hablen.
Tenía que salvarme de lo que no me aporta o no me hace bien y por eso me fui. No lo veo tan claro cuando te siento cerca porque algo ya ha cambiado. Y que hablen… la más clara, sincera, directa, transparente de todo el disco… Que hablen lo que quieran, para bien o para mal, que a mí me da igual. ¡Debe darnos a todos igual!
Aquel que no entienda las preguntas, aquel que no entienda las respuestas, tiene una oportunidad perfecta de aclarar sus dudas comprando este magnífico disco, un trabajo meticuloso grabado en los estudios Sputnik de Sevilla bajo la batuta del gran Jordi Cristau, toda una garantía de calidad que no podía dejar pasar Warner Music Spain. Ya vamos a ir acabando pero antes queremos saber un poquito más de Sara Marín. Si la entrevista es de tu agrado ya tenemos una buena excusa para tomarnos en Sevilla, o en Jerez… ¿un café o una cerveza?
Ahora que llega el calor prefiero cerveza.
A Sara Marín se la conquista con…
Sentido del humor, trasparencia y personalidad.
Sara, ha sido todo un placer. Esperamos contar contigo como lectora de Distopía y te deseamos de todo corazón que tengas todo el éxito que te mereces. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias a vosotros, ¡para mí ha sido un verdadero placer!
Francisco Javier Torres Gómez
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