GARPCNFNFA!
No importaba su cara de espanto cada vez que me veía cruzar la puerta del salón, ni su agilidad innata para escurrirse tras el mueble del televisor y el acuario y los discos, optando por la posibilidad de morir electrocutada entre cables y alargadores y temporizadores antes que terminar, otra vez, otra vez a las [...]